Los atentados perpetrados en París, que dejaron un saldo de al menos 129 muertos y unos 300 heridos, determinaron un nuevo orden de prioridades en la agenda de discusión de la Cumbre del G20 que comenzó en Antalya, Turquía, donde la cuestión referida al terrorismo pasó a ser el principal tema que abordarán durante los dos próximos días los presidentes y jefes de Estado de los países que integran el foro.
El primer encuentro
Los gobernantes de Brasil, Rusia, China, India y Sudáfrica, que forman el grupo BRICS, han criticado la "politización de las relaciones económicas", y las "sanciones económicas unilaterales", además de lamentar la falta de avances en la reforma del Fondo Monetario Internacional (FMI).
La presidenta de Brasil, Dilma Rousseff; el de China, Xi Jinping; Rusia, Vladimir Putin; el de Sudáfrica, Jacob Zuma, y el primer ministro de la India, Narendra Modi, mantuvieron un encuentro previo antes del inicio del G20 para coordinar sus posiciones.
"Los líderes señalaron que los retos geopolíticos, incluyendo la politización de las relaciones económicas y la introducción de sanciones económicas unilaterales, siguen afectando a las perspectivas futuras de crecimiento económico", indican los BRICS en un comunicado tras el encuentro.
Aunque en la nota no se menciona ninguna situación concreta, uno de los socios del grupo, Rusia, está sometido a sanciones políticas y económicas de EEUU y la Unión Europea (UE) por su anexión de la península ucraniana de Crimea y su respaldo a los secesionistas pro-rusos del este de Ucrania.
Los gobernantes de los BRICS también mostraron su "profunda decepción" por la falta de progresos en la reforma de los organismos financieros internacionales, especialmente el FMI, que sigue dominado por las potencias occidentales.
Por ello, los gobernantes del grupo de países emergentes "instaron al FMI a intensificar los esfuerzos en colaboración con el G-20" para "revisar la distribución de las cuotas y los votos a favor de los países en desarrollo y las economías emergentes".
Esas reformas previstas, que incluyen un mayor peso de los emergentes en la estructura del FMI y la dotación de fondos adicionales por parte de los países miembros, recibieron un rotundo respaldo inicial de EEUU en 2010.
Sin embargo, el Congreso estadounidense ha sido incapaz aprobarlo desde entonces.
Según las reformas propuestas, la cuota de EEUU en el FMI seguiría siendo mayoritaria y mantendría su capacidad de veto y se reduciría ligeramente, desde el 17,69 por ciento actual hasta el 17,40 por ciento.
Japón, el segundo mayor accionista, sufriría una reducción similar, mientras que China, en la actualidad la segunda mayor economía del mundo después de EEUU, pasaría a convertirse en el tercer mayor accionista.
Los BRICS también destacaron que el Nuevo Banco de Desarrollo (NBD), la entidad financiera multinacional impulsada por las cinco potencias emergentes va a aumentar su cooperación con las instituciones financieras existentes.
Esa nueva institución ha sido concebida como una alternativa de estos países al Banco Mundial (BM) y el FMI, organismos financieros multilaterales "dominados por Estados Unidos", según ha explicado este año su director, el indio Kundapur Vaman Kamath.
Los BRICS representan alrededor del 29 por ciento de la economía mundial y suman el 42 por ciento de la población del planeta, al contar con los dos países más poblados, China e India.
En el grupo de los BRICS, sólo la India mantiene un crecimiento muy destacado, con una previsión del 7,3 por ciento para 2015, mientras que China lo hará a una tasa del 6,8 por ciento.
La peor parte se la lleva Rusia, con una contracción calculada en el 3,8 por ciento para este año, y Brasil, que sufrirá una recesión del 3 por ciento este año, según datos del FMI.