A un año de la desaparición del submarino ARA San Juan con 44 tripulantes a bordo, el vocero de la Armada, capitán Rodolfo Ramallo, aseguró este jueves que la fuerza está comprometida con “la búsqueda de la verdad y saber qué sucedió” y señaló que los marinos juraron “dar la vida por la patria y no sólo se da la vida en la guerra”. Últimos informes avalan la hipótesis de una implosión de la nave seguida de una caída en picada al fondo del mar.
"Tenemos un férreo compromiso en dos pilares. Uno es la búsqueda de la verdad y saber qué le sucedió al ARA San Juan. Por eso pusimos a disposición de la Justicia todos los hombres de la fuerza y toda la documentación aclaratoria que sea necesaria. Lo otro es el acompañamiento de los familiares directos de los 44 tripulantes", dijo Ramallo en el programa A diario (Radio 2).
El vocero de la Armada se refirió a la ausencia de un informe definitivo sobre qué fue lo que ocurrió entre el 14 y el 15 de noviembre de 2017. “La Justicia juega un rol fundamental. Cada hombre y mujer está a disposición de la Justicia que debe ser la encargada de la búsqueda de la verdad”, señaló.
“También pienso en los familiares y lo que significa esta vocación de servicio y corresponde decir que esta vocación de servicio, que es una elección voluntaria, y es de defender a la patria. Hemos hecho un juramento ante la bandera nacional que, en caso de ser necesario, dar lo más preciado y dar la vida por la patria”, continuó Ramallo.
Y añadió: “No solo se da la vida en la guerra, el servicio naval también conlleva un riesgo operativo. Eso no hay que soslayarlo, los que integramos la Armada somos conciente de eso”.
La hipótesis de la “falla humana”
También en diálogo con el periodista Alberto Lotuf, el capitán de Fragata y perito naval Fernando Morales analizó las distintas versiones de lo ocurrido con el submarino.
Descartó las ideas de ataques extranjeros o de “un pesquero chino” y sí se mostró proclive a pensar en un siniestro vinculado “a la idea de vetustez del equipamiento”. “Si era un buque mercante, la Armada no lo dejaba salir", dijo sobre el estado del ARA San Juan.
Morales adelantó que la comisión de tres especialistas que encargó el gobierno arrojará una conclusión que “refiere a un problema por una falla humana al operar una válvula”. Pero cuestionó que “no hay en el país experiencia para hacer esa revisión sobre hundimientos de submarinos”. Más aún sin saber dónde está el submarino ni poder peritarlo.
Implosión y colapso
En paralelo, un informe que cita fuentes militares y científicas publicado en Clarín da detalles de la frustrada etapa de rescate. El 24 de noviembre, el experto norteamericano en acústica marina Bruce Rule revelaba que durante la implosión que sufrió el submarino el agua de mar entró a una velocidad de 4 mil kilómetros por hora. “Con esa presión no queda nada de un cuerpo humano”, explicaron las fuentes.
Además, la implosión duró un tercio de segundo lo que no puede ser percibido por los tripulantes. El reporte de Rule, el mismo que investigó la desaparición del submarino norteamericano Scorpion en 1968, le fue entregado al entonces jefe de la Armada, Marcelo Srur y al ministro de Defensa, Oscar Aguad.
Según esa nota, la hipótesis más probable es que luego del principio de incendio del 14 noviembre que afectó las baterías de proa, un chispazo provocó al día siguiente una explosión del hidrógeno que se había acumulado en el interior de la nave por la caída de agua desde la famosa válvula Eco-19.
Dice el informe de Rule que la explosión del hidrógeno mató o dejó inactiva a la mayoría de la tripulación y en ese momento no pudo lanzar ninguna señal de emergencia y se perdió el control del submarino que comenzó, desde un plano profundo (40 metros de profundidad), a caer hacia el lecho.
Unos 20 minutos después cuando llegó a los 468 metros, se partió la “cola de pato” -la proa donde está la hélice- y por allí entró el agua a 2 mil kilómetros por hora. Eran las 10.51 de la mañana del 15 de noviembre de 2017.