El gobierno provincial, a través del Ministerio de Justicia y Derechos Humanos, tomó posesión de bienes decomisados por la Justicia provincial, tras desbaratar una red de prostitución local, en Melincué. El valor estimado de los bienes supera los 2 millones y medio de pesos.
Según detalló el gobierno provincial a través de un comunicado, la toma de posesión se realizó en la intersección de Carreras y San Martín, donde está ubicado el inmueble de 550 metros cuadrados.
“Estamos dando un paso enorme contra la trata de personas en la provincia de Santa Fe, porque es la primera vez que el Ejecutivo Provincial concreta la toma de posesión e inscripción registral de un inmueble decomisado por delitos penales, procediendo a instrumentar realmente el cambio de titularidad”, expresó el secretario de Gestión Pública de la provincia, Matías Figueroa Escauriza.
El funcionario provincial detalló que los bienes decomisados son “un inmueble, que cuenta con cuatro departamentos que se utilizaban de habitaciones, y dos autos, una camioneta Chevrolet S-10 y un Mercedes Benz Clase A, con los que trasladaban a clientes y personas privadas de su libertad”.
“Este es el camino que nos marca día a día el gobernador para combatir los diferentes delitos, para que los que lo cometan cumplan la pena correspondiente, pero también con la firme convicción política de atacar sus bienes, y golpearlos en el poder económico que generan fruto de esos ilícitos, para que las posibilidades de que vuelvan a reincidir sean mucho menores”, aseguró Figueroa Escauriza.
El destino del inmueble será decidido por la Agencia de Registro, Administración y Destino de Bienes, conforme lo dispuesto por ley provincial.
Participaron de la actividad el subsecretario de Registros, Administración y Destino de Bienes y Derechos Patrimoniales, Hernán Matich; y el jefe comunal de Melincué, Gabriel Rebora.
Los acusados fueron condenados a cinco años de prisión por la explotación de un bar nocturno entre fechas de abril y mayo de 2015, ubicado en inmediaciones de la entrada a la localidad de Melincué, donde facilitaban y explotaban económicamente la prostitución de diferentes mujeres que iban al lugar.
Asimismo, facilitaban la prostitución ajena y cobraban un canon fijo como porcentual de pase para que los “clientes” mantengan relaciones sexuales con mujeres.
Las relaciones se practicaban tanto en un motel de la localidad de Melincué como en una serie de casas que se encontraban sobre calle Carreras entre San Martín y Génova de la localidad, todo previo contacto de los clientes en el bar regenteado por los acusados.
Vinculadas al servicio se encontraban la camioneta Chevrolet y el automóvil Mercedes Benz, que eran utilizados para llevar clientes al lugar, cobrando por ello, y eventualmente a las mujeres sujetas a explotación.