La Alianza Industrial contra la Resistencia Antimicrobiana está formada por más de 100 compañías dedicadas al campo de la salud (farmacéuticas, especialistas en diagnósticos, entre otras) que se unieron en 2016 para colaborar en la lucha contra este problema.
Según el primer estudio de evaluación del progreso logrado en los primeros dos años, 22 compañías de las 100 que integran la alianza invirtieron más de u$s 2.000 millones en Investigación y Desarrollo dedicado a productos que buscan luchar contra la resistencia antimicrobiana, a partir de lo que publicó docsalud.
Los fondos se dedicaron al desarrollo, entre otros, de diez antibióticos, 13 vacunas y 18 test de diagnóstico.
La resistencia antimicrobiana (AMR, por sus siglas en ingles) es uno de los principales retos que afronta el mundo en la actualidad y puede convertirse en uno de los más trascendentales problemas de salud a corto-medio plazo si no se ataja de inmediato. En concreto, amenaza la efectiva prevención y tratamiento de infecciones causadas por microorganismos (bacterias, parásitos, virus y hongos), dado que quien la padece no reacciona al efecto de los antibióticos o antivirales prescritos.
La AMR aparece cuando algunos microorganismos cambian a causa de la sobreexposición o mala exposición a los medicamentos antimicrobianos y desarrollan resistencia a estas medicinas.
Como resultado, los fármacos son ineficaces y las infecciones persisten en el cuerpo, incrementando el riesgo de que se contagien a otras personas.
En los últimos años la AMR se expandió en el mundo y amenaza no sólo la cura de ciertas infecciones, sino procedimientos médicos tan comunes como las cirugías de cesárea o reemplazo de cadera, trasplante de órganos o cualquier cirugía en la que haya riesgo de infección.
A pesar de esta enorme amenaza, el 90 % de las compañías que respondieron a los investigadores que elaboraron el estudio dijo que los avances logrados hasta ahora eran "alentadores pero insuficientes" o "insuficientes en función del desafío".
La mayoría de los que respondieron (72 %) dijo que si los modelos comerciales cambian y llegan nuevos incentivos financieros ampliaría sus inversiones.
A la par, un 30 % de las compañías contestó que si no llegan nuevos incentivos, no sólo no investigarán más sino que reducirán sus inversiones. Si se considera solo a las empresas farmacéuticas, el porcentaje aumenta hasta el 50 %.
Al mismo tiempo, la gran mayoría de las empresas dijo estar trabajando en aras a ampliar el acceso a los antibióticos y, sobre todo, a expandir el conocimiento sobre el buen uso de estos productos.
No obstante, concluyeron que necesitan apoyo y apelaron a los gobernantes para que se comprometan de forma más efectiva en la lucha contra este problema de salud pública.