Un documental de la BBC cuenta la historia de Nahon Brooks, un chico norteamericano de 14 años que el 8 de marzo de 2013 le disparó a sus padres mientras dormían en su casa de Moses Lake, Washington, y ahora dice no saber por qué lo hizo. Nathon era un adolescente aparentemente feliz al que le iba bien en la escuela. Aquella noche entró en la habitación de sus padres mientras dormían y les disparó a ambos, que sobrevivieron y hoy están en buen estado de salud, varias veces en la cabeza.
“Entré en su habitación, levanté la pistola. No sé por qué. Y luego recuerdo tener estos pensamientos muy rápidos de 'no tienes que hacerlo”, explica Nathon en el documental de BBC Three, que tuvo acceso a él, a su familia y a los principales protagonistas de la historia.
“Pero eran tan rápidos –y de pronto habían desaparecido–, que no tuve oportunidad de pensar en ello. Y antes de que me diera cuenta de lo que había hecho, ya había activado el gatillo y la pistola se había disparado. Disparé y volví a disparar. Corrí por el pasillo. Me senté en las escaleras y entonces me di cuenta realmente de lo que acababa de hacer”.
Las imágenes de cámaras que sus padres habían instalado en el interior de la casa permiten reconstruir toda la secuencua: en las filmaciones se ve a Nathon corriendo en calzoncillos, llevando un revólver, justo antes de los disparos. El arma, una pistola calibre 22, la había sacado de un mueble cerrado.
La madre de Nathon, Beth, recibió uno de los disparos justo debajo del ojo. Su padre, Jon, también recibió varios disparos, uno de ellos en la frente. Increíblemente, ambos sobrevivieron.
La familia sostiene que nada hacía prever lo que sucedió. Sus padres y su abuela describen a Nathon como “un buen chico”. Lo mismo los camigos. “Él le gustaba a todo el mundo en la escuela. En deportes era de los mejores. Le gustaba a todas las chicas”, dijo Caiden, uno de ellos.
En el interrogatorio policial luego del hecho el chico se muestra vulnerable y en shock. “No sé qué estaba pensando”, dice mientras llora.
Al comentario del policía que lo interroga, quien lo conocía desde antes del incidente y le dice que es "un buen chico", él contesta: "Pues parece que no. Casi mato a mis padres".
El día del incidente, sus padres lo habían castigado. Le prohibieron usar aparatos electrónicos por un reporte de mala conducta en la escuela.
Unas horas antes del ataque, su padre le había advertido de que seguramente no iba a poder jugar un partido del torneo de básquet en el que iba a participar.
Nathon dice que eso que le dijo su padre "fue el clic".
El chico, que tenía 14 años, fue juzgado como “adulto” porque el tribunal consderó que saldría libre a los 21 años y eso sería un peligro para la sociedad. Finalmente fue condenado a 15 años y medio de prisión.
Ahora, recibe habitualmente la visita de sus padres y parecen tener una relación bastante buena.
Al final del documental, al acabarse la visita, sus padres le abrazan y le dicen que lo quieren, y él responde de la misma manera.
Nathon saldrá en libertad en 2028, cuando tenga 29 años.