Gerónimo Carolina González es una de las dos primeras personas en el país que consiguieron ser reconocidas legalmente como de sexo indefinido y que así figure en el documento. Tiene 32 años, es médico/a y vive en Mendoza. Por Radio 2, contó su historia: su infancia en una escuela musical, su trabajo arriba de una ambulancia, su casamiento y su divorcio.

Gerónimo Carolina tiene genitales femeninos pero nunca se sintió mujer. Tampoco hombre. En contacto con A diario, el programa que conduce Alberto Lotuf, aseguró que tiene características de ambos sexos. Físicamente se asemeja más a un varón –y realiza un tratamiento con testosterona para que así sea– aunque en ocasiones usa también ropa “de mujer”. A veces se refiere a sí mismo/a en femenino, a veces en masculino, y otras pocas con lenguaje inclusivo.

Su deseo sexual tampoco se define desde la genitalidad. Si bien, dijo, le gustan más las mujeres, también puede estar con un hombre. “Soy pansexual”, señaló.

Contó que desde hace mucho tiempo recibe tratamiento psicológico y que eso la/lo ayudó a manifestarse tal cual se siente. Ni hombre, ni mujer. “Perdemos nuestra identidad cuando nos quieren encasillar en algo que no somos”, reflexionó.

Su infancia, contó, “fue muy tranquila, muy mendocina”. Hizo la primaria en la escuela Niños Cantores, de mucho prestigio en el mundo de la música mendocino; y la secundaria en el Colegio Universitario Central. De aquellos tiempos, no recuerda ninguna situación de bullying.

Luego estudió Medicina. Para esa época se había declarado lesbiana e incluso casado con una mujer de la que se separó a los 29 años. Fue entonces cuando comenzó con el tratamiento hormonal para acentuar su costado varonil.

Luego vino la elección del nombre masculino. Casi por azar, cuando esperaba un café y en lugar de escribirle "Caro" en la taza de papel, anotaron "Gero". 

Le gustó, sobre todo porque con G empieza el nombre de su papá y porque G la/lo lleva a la infancia, cuando hacía algo valiente y gritaba "Gerónimo".