Como si fuese nuestra huella dactilar, cada persona tiene su propia forma de escribir a mano. Esta forma de escribir es única, pueden encontrarse grafías muy similares, pero nunca idénticas. Y de esta forma de escribir pueden obtenerse muchos e interesantes datos acerca de la personalidad de una persona. Y también acerca de su salud.
Según sostiene 20minutos, la grafología también puede ser empleada para más ámbitos más allá de la personalidad y una es la salud. Por ejemplo, nuestra escritura puede dar pistas sobre nuestra salud mental o nuestra presión arterial.
Alta presión arterial: escribir con una presión variable puede ser un indicador de que la tensión arterial esté alta.
Enfermedad de Alzheimer: la escritura se deteriora al mismo tiempo que fallan las facultades mentales. Uno de los factores incluye una escritura irregular o letras emparejadas que se alteran con temblores en la escritura. La forma de escribir también será más lenta.
Esquizofrenia: cuando la inclinación varía en una misma frase o en una palabra que se repite con frecuencia puede significar que esa persona no tiene un contacto continuo con la realidad.
Enfermedad de Parkinson: uno de los signos del párkinson es una escritura ilegible y pequeña, hasta el punto de que en ocasiones es tan pequeña que el que la ha escrito no puede leerla.
Estados de ánimo: una escritura en la que se ejerce mayor presión sobre el papel, con mucho texto junto que a primera vista parece más oscuro, o bien que se puede apreciar por la otra cara de la página indica que esa persona tiene un alto nivel de energía. No obstante, aquella escritura más ligera indica una falta de energía o de cansancio.