El próximo 15 de noviembre se cumplirá un año de la desaparición del ARA San Juan, el submarino de la Armada Argentina, y los familiares de los tripulantes expresan sus emociones y pensamientos sobre la búsqueda. La mamá de uno de los 44 hombres que viajaban en el destructor, compartió una dura hipótesis en relación al hecho. En tanto, la esposa de otra de las personas que iban a bordo, aseguró que el hallazgo del submarino no cambia su situación de dolor y sentido de pérdida.
El ARA San Juan (S-42) perdió contacto con la base el 15 de noviembre de 2017, a las 7 de la mañana. Navegaba con 44 personas a bordo cuando realizaba maniobras de patrullaje en la zona de Golfo San Jorge, entre Río Gallegos y Puerto Deseado. Hoy sigue siendo buscado por la empresa Ocean Infinity que de no mediar novedades –han descartado cualquier tipo de contacto por el momento–, deberá tener un nuevo plan para concretar ya en 2019, pero sin estar atada a un mínimo de días operativos.
A una semana del primer aniversario de la desaparición, el programa de Alberto Lotuf (A Diario, Radio 2), dialogó con María Rosa Villareal, madre de Fernando Villareal, jefe de operaciones del ARA San Juan. A pesar de los meses con sus días que han pasado, el dolor sigue intacto para esta mujer que se animó a compartir una hipótesis personal sobre el hecho: “Ellos saben bien dónde están, saben la posición exacta pero el submarino no tenía las condiciones de seguridad necesarias, si lo encuentran y está intacto se va a saber. La Justicia ya lo sabe, tiene declaraciones de que no andaba bien y y ya hay jefes pasados a disponibilidad por esto”, advirtió.“No voy a parar hasta que la memoria de mi hijo y sus compañeros esté bien en lo alto”, remarcó.
“Ayer hizo un año de que hablé por última vez con mi hijo y lo que siento hoy es incertidumbre, dolor, bronca”, manifestó y recordó que durante esa conversación habían quedado con Fernando de encontrarse para Navidad.
María Rosa también consideró que la búsqueda del ARA San Juan está desarrollándose en el lugar equivocado. Para la mujer, si existió una implosión el submarino pudo desplazarse muchas millas más, por lo que está convencida de que podría estar más al norte.
Después, hizo memoria de los primeros momentos en lo que se empezó a vislumbrar la desaparición. “Cuando fue 22 y 22 me dije que acá había otra cosa, cuando hablaron de anomalía hidroacústica, yo no entendí y mi marido no me quería decir. Le pedí que me explicara y cuando supe lo que era me dije que ya no volvería más”, señaló.
Para María Itatí Leguizamón, esposa de Germán Suárez, tripulante santafesino del ARA San Juan, las cosas son muy parecidas pero al mismo tiempo distintas. La mujer, también en conversación con Radio 2, se dejó escuchar triste: "La única realidad es que no va a volver. Vivo no está", sostuvo categórica. “Yo sigo igual que el primer día, no hubo nunca novedades”, destacó.
Cuando se le preguntó sobre su expectativa en relación a la búsqueda, observó: “A mí no me va a modificar en nada si encuentran o no el submarino, para mí es lo mismo porque desde el primer día supe que la única realidad es que no va a volver pero ojalá que se lo encuentre para el resto de los familiares. A mí no me modifica, yo ya estoy haciendo mi duelo”, concluyó.