Soledad Sotelo tenía 32 años cuando la mataron este jueves. Con su marido y sus dos hijos de 5 y 7 años había ido a la casa de sus padres de Alsina al 2800 para ayudarlos a pintar la fachada. Mientras coloreaban la pared de azul, un motociclista pasó cerca de su familia a toda velocidad y ella se quejó. El hombre volvió luego con un arma y abrió fuego. “La descerebraron”, dijo su papá. El crimen de Soledad se enmarca en una seguidilla sangrienta que comenzó el miércoles por la noche con la muerte de Alberto Vera, baleado cuando tomaba mate con un vecino; y continuó con el asesinato del taxista Mario Esusy; y el degüello de un joyero en el centro.
En contacto con el periodista Ever Arnoldo de El Tres, Miguel Sotelo, el padre de Soledad reconstruyó el terrible episodio. Su hija, que vivía cerca de su casa, había ido hasta su domicilio junto con su marido y sus dos hijos, un nene de 7 años y una nena de 5. Le había prometido ayudarlo a pintar la casa.
En eso estaban cuando un hombre pasó a toda velocidad cerca de Soledad y sus hijos. La mujer reaccionó enojada –casi atropellaba a los chicos– e increpó al motociclista. Según Miguel, era un “vecino” del barrio que volvió poco después con un arma.
Agregó que Soledad alcanzó a empujar a su familia adentro de la casa y que ella cayó de un balazo en la cabeza. En la fachada recién pintada se puede ver el agujero de la bala.
“En un segundo nos sacó nuestra hija. La descerebró, le hizo saltar un ojo”, dijo, todavía en shock.
Otros vecinos del barrio señalaron que el asesino es parte de un grupo de unas 20 o 30 personas que hace un tiempo se instaló en la cortada y atormenta a todos. "Es una guarida de faloperos", dijo Miguel.