A ocho días de la desaparición del submarino ARA San Juan, el vocero de la Armada Argentina, Enrique Balbi, admitió que el gobierno recibió un informe a través del embajador argentino en Austria de que “hubo un evento anómalo, singular, corto, violento y no nuclear consistente con una explosión” en la zona del último contacto del navío.
“Se recibió una información sobre un evento anómalo, violento y no nuclear consistente con una explosión”, dijo Balbi. Y agregó que ese dato es coincidente con el aportado ayer por la agencia internacional Ismerlo, especializada en el rescate de submarinos siniestrados, sobre el registro de un “ruido” a apenas 30 millas de la última localización del navío.
María Itatí Leguizamón, esposa del santafesino Germán Suárez, un tripulante del ARA San Juan, dijo que las autoridades la Armada las explicaron a los familiares que la explosión fue el miércoles 15, día de la desaparición, unas horas después del último contacto del sumbarino con su base.
El hallazgo de la "anomalía hidroacústica" obligó, anoche, al envío de buques con capacidad de sonares y telefonía subacuática y dos aeronaves de Estados Unidos y Brasil, para que verifiquen si allí se encontraba el ARA San Juan.
“No sabemos la causa que produjo en ese lugar, en esa fecha, un evento de estas características”, remarcó el vocero de la fuerza.
“En consecuencia, seguimos buscando. Hasta tener evidencia concreta de dónde está el submarino y nuestros 44 tripulantes”, agregó.
Enseguida, añadió: “En cuando a cualquier hipótesis o conjetura, hasta que no tengamos evidencia certera, no podemos afirmar ninguna afirmación concluyente, valga la redundancia”.