El llamado “jet lag social” se produce cuando hay grandes diferencias entre el horario de sueño del fin de semana (o de los días libres) y el de los días laborales. De la misma forma que en los aviones, estos desajustes pueden  “confundir” al ritmo circadiano, es decir, el reloj del cuerpo que regula nuestro metabolismo.

Según explica la BBC a través del portal docsalud, los académicos que investigan el jet lag social suelen comparar el punto medio de sueño de una persona durante los días laborales y los días libres. Por ejemplo, si una persona duerme durante la semana desde las 23 hasta las 7 de la mañana, el punto medio de sueño son las 3 de la madrugada. El fin de semana, si la persona duerme de 1 a 11 el punto medio serían las 6 de la mañana.

Estas diferencias pueden atentar contra nuestro bienestar, ya que diversos estudios científicos encontraron una relación no causal entre un gran jet lag social y varios indicadores metabólicos de una salud pobre. Entre ellos, un trabajo sobre 800 trabajadores encontró entre aquellos con más jet lag social mayores chances de padecer obesidad, entre otros problemas.

Una diferencia de jet lag social de dos horas es el límite a partir del cual se empiezan a observar esos biomarcadores poco saludables, según los autores de este trabajo, financiado por el Consejo de Investigación Médica de Reino Unido y el Instituto Nacional para el Envejecimiento de Estados Unidos.

A su vez, expertos del servicio británico de salud pública (NHS) concuerdan en que mantener horarios regulares de sueño durante la semana y los fines de semana ayuda a prevenir problemas para dormir.