En un lenguaje directo, apasionado, Luis Juanicó, ingeniero nuclear e investigador del Conicet, analizó el escenario que se abre con las pruebas de bombas de hidrógeno en Corea del Norte y las eventuales consecuencias en el mundo.
Juanicó habló con Alberto Lotuf (A diario, Radio 2), explicó las diferencias de los nuevos artefactos con la “bomba atómica” usada en Hiroshima y Nagasaki, Japón. Señaló que en ese tipo de bombas se libera energía al partir un átomo de uranio o plutonio pero también se puede hacer por fusión, es decir al unir dos átomos de hidrógeno (similiar a lo que ocurre con la energía del sol).
“En el sol con 10 mil grados de temperatura el hidrógeno se une pero en la tierra ese efecto se genera primero explotando una bomba atómica, o de uranio, o de plutonio, y adentro se ponen unas gotitas de hidrógeno, y cuando explota la bomba de afuera adentro se genera un pequeño sol”, describió de forma simplificada y aseguró que “por eso se llaman bombas termonucleares”.
“No es tan difícil hacer una bomba atómica”, soltó Juanicó y agregó: “Un loco con un poco de plata puede hacer una bomba. ¿El mundo está preparado para la energía nuclear? La respuesta es que no”.
El ingeniero nuclear e investigador del Conicet aseguró que existen muchas bombas de hidrógeno en países del mundo y alcanzaría con diez para generar problema severo y poner en riesgo a la humanidad. Y no se trata de una cuestión de distancias o de “estar lejos” del epicentro.
“Estados Unidos está lejos pero te vas a quedar sin internet”, dijo y se remitió a una experiencia ocurrida en 1880 hace “115 años cuando un viento solar quemó todos los telégrafos”. “Ahora esto quemaría todas las computadoras y se acabaría el dinero, porque es es todo electrónica", añadió y aclaró: "No es apocalíptico, nos estamos comprando a futuro uma bomba".
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