Una insólita historia ocurrió en Rosario. Juan, un pizzero de la zona sur, se sorprendió al notar que un pequeño gato se había metido en un lugar inaccesible del motor de su auto. Intentó sacarlo con sus manos y luego encendiendo el vehículo y tocando bocina, pero el animal estaba muy asustado y no hubo caso. Finalmente, se dirigió al cuartel de Bomberos Zapadores, que ya en la madrugada de este jueves lograron sacar al minino utilizando una zonda de rescate y luego de desarmar media trompa del auto. Como nadie lo reclamó, el gato ahora es la mascota de uno de los rescatistas.
Gatito encerrado
El curioso episodio comenzó este miércoles a la tarde, cuando Juan, el dueño de una pizzería de Oroño y Rueda, miró por la ventana de su negocio y notó algo que le llamó la atención. “Levanté la vista y sentí curiosidad por una moto que había parado al lado de un auto; me llamó la atención que la mujer que iba atrás en la moto miraba preocupada para abajo”, relató el hombre en contacto con los periodistas Ciro Seisas y Hernán Funes, en el programa A Diario (Radio 2).
“En eso veo que un gatito sale corriendo y se mete abajo de mi auto”, siguió Juan. “Después me contaron que una bicicleta le había pisado una patita y por eso estaba asustado”, continuó.
Eso ocurrió a las 6 de la tarde de este miércoles. El comerciante siguió trabajando, hasta que a las 10 de la noche cerró la puerta del negocio y se dirigió a su automóvil para emprender el regreso a su casa. Antes de encender el motor, levantó el capó y escuchó los maullidos del animal. “¿Ahora que hago?”, pensó Juan.
“Lo alumbré con una linterna y alcancé a ver los ojos; estaba cerca de la batería, por suerte lejos de las poleas y por eso no corría riesgo si encendía el auto”, agregó. “Puse el auto en marcha, toqué bocina, pero no hubo caso”, confió.
“Me fui a mi casa y le dije a mi mujer que no sabía que hacer; entonces se me ocurrió que los Bomberos me podían ayudar”, apuntó.
A partir de allí empezó la segunda parte de esta simpática historia. “No se rían pero necesito que me ayuden porque tengo un gato en el motor de mi auto”, contó Juan que les dijo a los muchachos que lo recibieron en la puerta del cuartel de Bomberos Zapadores de Rosario.
“Empezaron a sacar distintas partes plásticas del auto, hasta que tuvieron que usar una sonda con fibra óptica, que me dijeron que es la misma que usaron en calle Salta”, describió el pizzero.
Y le puso el broche a su relato con el relato del final feliz: “A la 1.30 de la madrugada lo pudieron sacar, por suerte vivo y sin consecuencia para el gatito”.
Al rescate del michifus
En A Diario también buscaron la voz de Roberto Ramírez, subinspector de Bomberos Zapadores, que dirigió el rescate del gatito anoche. “Yo estaba en la oficina y me dicen que había llegado un señor que decía que tenía un gato adentro del motor del auto”, recordó con gracia el hombre.
“Empezamos a trabajar, usamos una sonda con fibra óptica. Era un gatito chiquito y estaba metido en el hueco del paragolpe, era muy difícil sacarlo”, contó.
Y habló de una imagen que le causó gracia: “Juan nos miraba sorprendido y pensaba «de acá me voy con medio auto»”.
“Finalmente lo pudimos ubicar con la fibra óptica y después de varias horas de trabajo pudimos sacar al animalito”, aseguró el bombero. Y dijo que el elemento utilizado “es una fibra que se usa en estructuras colapsadas, para llegar a lugares inaccesibles y ubicar víctimas, como en la explosión del edificio de calle Salta”.
Por último, confió que “como nadie reclamó al gatito se lo llevó un compañero nuestro”.
Roberto dijo que no se olvidará de esta historia “porque siempre somos nosotros los que tenemos que ir a lugares para hacer nuestro trabajo, pero en este caso nos trajeron la emergencia al cuartel”.