Todas las mujeres, independientemente de su edad, deberían someterse a exámenes anuales de incontinencia urinaria, de acuerdo con las nuevas pautas de los expertos de la Iniciativa de Servicios Preventivos para la Mujer (WPSI, por sus siglas en inglés).
De acuerdo con esta guía clínica y revisión de evidencia, publicada en la revista Annals of Internal Medicine, este cribado debe evaluar si las mujeres experimentan incontinencia urinaria y si afecta sus actividades y calidad de vida.
Si se indica tratamiento, las mujeres deben ser remitidas para una evaluación adicional. "La incontinencia urinaria, o la pérdida involuntaria de orina, afecta aproximadamente al 51 por ciento de las mujeres en general y puede afectar adversamente el bienestar físico, funcional y social de la mujer. Sin embargo, muchas mujeres son reacias a hablar sobre la incontinencia urinaria con sus médicos, por lo que pueden padecer síntomas durante un tiempo prolongado antes de abordar el problema", explican los expertos, según publica 20 minutos.
En su trabajo, recogen una revisión sistemática realizada por investigadores de la Universidad de Ciencias y Salud de Oregon (Estados Unidos), en la que evaluaron si el cribado de la incontinencia urinaria en mujeres que no habían sido diagnosticadas previamente mejoraba los resultados físicos y funcionales. También evaluaron los estudios sobre la precisión de los métodos de detección y los posibles daños. Los investigadores encontraron que ningún estudio evaluó la efectividad general o los daños del cribado. La evidencia limitada sugirió que algunos métodos de detección (cuestionarios breves) tenían una precisión bastante alta para identificar los síntomas de la incontinencia urinaria en entornos de atención primaria.
A pesar de la falta de evidencia directa, el WPSI afirma que el cribado tiene "el potencial de identificar la incontinencia urinaria en muchas mujeres que experimentan silenciosamente sus efectos adversos". "Debido a que la intervención temprana puede reducir la progresión de los síntomas, mejorar la calidad de vida y limitar la necesidad de un tratamiento más complejo y costoso, recomendamos exámenes anuales para mujeres de todas las edades", argumentan.
Su trabajo también incluye un editorial del Programa de Investigación de la Salud de la Mujer de la Universidad de Monash en Melbourne (Australia), en el que se argumenta que la aplicación de una prueba de detección a una gran población es "una responsabilidad muy grave y debe implementarse con precaución". Los autores sugieren abogar por un ensayo aleatorizado para evaluar directamente los beneficios y los daños del examen de incontinencia urinaria en mujeres, antes de recomendarlo para todos.