No está clara aún la circunstancia, pero sí hay datos objetivos que pueden ser determinantes: al menos uno de los cuerpos de los dos jóvenes abatidos el martes a la noche por la policía en Rosario recibió disparos por la espalda. Así lo reveló la autopsia oficial, que será prueba clave, junto a filmaciones de los hechos, en la audiencia imputativa que tendrá lugar este viernes contra dos agentes del Comando Radioeléctrico.
“No puedo precisar el de la mujer (identificada como Jimena Gramajo, de 23 años), pero el cuerpo del varón (Maximiliano Rosasco, de 21) tenía seis o siete disparos”, señaló en De 12 a 14 (El Tres) la doctora Alicia Cadierno, directora del Instituto Médico Legal (IML).
En este último cadáver, detalló, se constataron impactos de bala “en el miembro superior (brazo) derecho, en laterales del cuerpo y algunos aislados en zona posterior”. Es decir, tiros por detrás, que complican la situación procesal de uno de los uniformados.
“Fueron autopsias complejas, con múltiples lesiones. Hay que determinar las trayectorias de los proyectiles de armas de fuego”, agregó Cadierno, y en relación a la distancia desde la que se produjeron las ejecuciones explicó que deben esperarse las pericias de Criminalística sobre las vestimentas de los jóvenes.
¿Homicidio doloso?
En ese marco se realizará este viernes, desde las 14.30, la audiencia imputativa en el Centro de Justicia Penal contra los dos policías implicados. El fiscal de Homicidios Dolosos Miguel Moreno, a cargo del caso, definía a última hora el planteo que llevará ante la jueza María Melania Carrara. En base, sobre todo, a imágenes de las cámaras de videovigilancia de la zona que llegaron a sus manos recién este jueves.
Según trascendió, para uno de los agentes podría pedir una imputación por “homicidio doloso”; es decir, haber matado a conciencia y en el marco de, por lo menos, un abuso de la fuerza.
Los videos, captados por un domo municipal y una cámara de vigilancia de la esquina de Buenos Aires y 27 de Febrero –lugar del hecho, el último martes pasada las 22– revelarían paso a paso lo sucedido. Y podrían echar luz, también, sobre si el detonante fue un intento de robo por parte de los jóvenes a una mujer –aún no identificada ni presentada a denunciar– y un cruce de disparos que haya motivado el uso de las armas policiales, como lo plantea la versión de las fuerzas de seguridad.
Hasta el momento la Fiscalía informó que se levantaron 17 vainas servidas que fueron enviadas a peritar. Serían del personal policial que participó en el procedimiento, ya que al joven fallecido se le incautó un revólver calibre 38, un arma cuyo mecanismo no expulsa las vainas servidas, sino que quedan en el tambor. Por este motivo, el fiscal investiga si hubo un "exceso" o "abuso" en la cantidad de balazos –y su forma– efectuados por los uniformados.