La Organización Mundial de la Salud (OMS) ha instado el pasado sábado a los Gobiernos a incrementar "urgentemente" los análisis y el tratamiento de las hepatitis B y C, que afecta a 325 millones de personas en el mundo y causa 1,34 millones de muertes al año.
Con motivo de la celebración del Día Mundial contra la Hepatitis, la OMS ha lanzado la campaña "Pruebas. Tratamiento. Hepatitis", a fin de concienciar a los ciudadanos, Gobiernos y trabajadores de la salud de la importancia de atajar y tratar a tiempo esta enfermedad, que causa cáncer hepático y cirrosis.
Las hepatitis B y C son infecciones crónicas que pueden mantenerse asintomáticas durante años. Al menos un 60% de los casos de cáncer hepático se deben a un diagnóstico y tratamiento tardíos de las hepatitis B y C. La baja cobertura de las pruebas diagnósticas y del tratamiento "es el problema más importante que hay que resolver" para lograr la eliminación mundial" de la enfermedad en 2030, dicen desde la Organización.
La OMS ha emitido durante julio nuevas recomendaciones que "instan a tratar a todo el mundo que padezca hepatitis C y tenga 12 años o más con estas nuevas medicinas". Esto equivale a tratar a 70 millones de personas, dijo el máximo responsable de la agencia sanitaria de la ONU. Mientras que los análisis, el diagnóstico y el tratamiento "son esenciales para eliminar la hepatitis", la OMS también considera importante promover "un fuerte enfoque en la prevención".
Eso sí, hay que acelerar el progreso obtenido para conseguir el objetivo de eliminar la hepatitis en 2030, tal y como se comprometieron 194 países en 2016. En este sentido no es solo importante una "acción renovada" para combatir la hepatitis, sino también "inversiones", a fin de "conseguir un mundo en el que la transmisión quede frenada y todo el mundo que viva con hepatitis vírica tenga acceso a un tratamiento seguro, accesible y eficaz".