Un geriátrico de Tres Arroyos fue clausurado tras una denuncia sobre las condiciones en las que vivían los abuelos que estaban alojados allí. Había personas con fracturas y patologías infecciosas. Algunos abuelos, según se desprende de la investigación del fiscal interviniente, llegaron a comer su propio excremento.
El procedimiento se llevó a cabo en avenida Güemes al 1300 en la localidad de Tres Arroyos por el llamado de un familiar de unos de los ancianos. La policía detectó personas con fracturas, cuadros de desnutrición y patologías infecciosas. Es más, algunas llegaron a tener sarna y piojos.
En el geriátrico, la única comida que se encontró fueron dos paquetes de salchichas vencidos en una heladera. En tanto, en el patio se hallaron pañales usados. En algunas partes del inmueble tampoco había luz.
Según informó el sitio web Minuto Uno, en la documentación que tiene el fiscal interviniente, algunos adultos mayores comían su propio excremento. Vecinos señalaron que se daban situaciones de maltrato y que los abuelos vivían en condiciones insalubres. Hasta el momento se desconocían las identidades de los responsables del lugar.