Un joven británico, Michael Dawes, de 32 años demandó a su padre para reclamarle parte del dinero que ganó en la lotería. Si bien ya había recibido 2,2 millones de dólares de la fortuna, cuando se los gastó exigió más a través de la Justicia.
En 2011 Dave Dawes ganó el premio mayor de la lotería Euromillones por el que obtuvo la módica suma de 150 millones de dólares. Después de recibir el dinero el hombre decidió compartir con su hijo u$s 2,2 millones que al parecer no le fueron suficientes, según un indica la BBC.
Cuando Michael reclamó hace pocos meses más dinero para seguir manteniendo su estilo de vida y su padre se lo negó, decidió entablarle una demanda. Para hacerlo se basó en la promesa que su progenitor le había hecho cuando ganó el premio mayor.
"El día que se quedó con el acumulado de Euromillones yo estaba en Afganistán sirviendo como soldado y él me dijo que no tendría que preocuparme más por la plata el resto de mi vida", relató Michael y explicó que por ese motivo, tanto él como su pareja habían dejado sus empleos, por lo que su padre debía seguir financiando sus gastos.
Si embargo, este último viernes, el juez Nigel Gerald después de escuchar todas las versiones, negó la petición de Michael. "El padre no tiene porque continuar financiando a su hijo que derrochó el dinero. No hay una base racional o lógico por el que el hijo pueda seguir pidiendo dinero cada vez que se le termina”.