Los movimientos previos fueron con mucho, mucho sigilo. Eran cerca de las seis de la mañana. Demasiado temprano. Alan Funes dormía con su novia Jorgelina en un Fonavi de Callao al 3900. No tuvo reacción cuando gendarmes y efectivos de la Policía de Investigaciones irrumpieron en el departamento. La pistola 9 milímetros que tenía escondida en un lugar insólito, debajo del bidet, le quedó lejos.
“Estaba sorprendido”, dijo la ministra de Seguridad de la Nación, Patricia Bullrich, notificada a los pocos minutos por el jefe regional de Gendarmería, Gustavo Esteban Campagno. “Tenía un arma, pero no alcanzó a tocarla porque inmediatamente fue controlado”, dijo. También secuestraron una notebook y dos celulares.
Ya el lunes hicieron un allanamiento que resultó fallido. Pero estaban cerca. Por eso, durante todo el día siguieron las reuniones entre Gendarmería y la Policía de Investigaciones y pidieron a la Justicia que habilitara el nuevo allanamiento, este martes.
“La verdad es que es un buen día y un buen mensaje para todos los rosarinos que se van a levantar con esta noticia de que el trabajo en equipo con Santa Fe dio este resultado”, celebró la ministra de Seguridad.