Sucedió en una estación de servicio de Sofia, en Bélgica. Un joven llegó en su auto junto a un amigo para cargar combustible. Bajó con el cigarrillo encendido y se negaba a apagarlo, hasta que un empleado decidió darle una lección que nunca olvidará.
El muchacho bajó del vehículo y fumaba mientras esperaba que le carguen combustible. Primero se acercó un playero y le advirtió que debía apagar el cigarrillo.
El chico no hizo caso y siguió con su postura desafiante, hasta que otro empleado tomó un matafuego y le vació toda la carga.