Una mujer brasileña de 37 años fue dada por muerta el pasado 29 de enero por un shock séptico tras sufrir dos paros cardíacos. Fue enterrada en la localidad de Barreiras. Personas aseguraron que desde su tumba se escuchaban gritos. Después de once días, exhumaron su cuerpo y encontraron arañazos y restos de sangre.
Rosangela Almeida Dos Santos estaba casada y no tenía hijos. Sufría desmayos desde que tenía siete años y por este motivo tomaba medicamentos anticonvulsivos.
Según publicó el sitio web 20 Minutos, su familia se despidió de ella en un velorio la noche del 28 de enero y la enterraron al día siguiente en una tumba en el cementerio municipal de su ciudad natal, Riachao das Neves.
El 9 de febrero, once días después de la sepultura, los vecinos del cementerio avisaron que escucharon gritos, golpes y gemidos provenientes del interior de la tumba de la mujer.
"Hasta los clavos estaban flojos porque ella intentó quitar la tapa. Incluso las uñas que habían sido clavadas estaban sueltas. Sus manos estaban heridas, como si hubiera estado tratando de salir”, detalló su madre, Germana de Almeida, al sitio local G1.
La mujer contó, además, que al abrir el ataúd el cadáver aún estaba tibio. Por otro lado, la Justicia del vecino país le inició una causa a la familia de la fallecida por haber realizado la exhumación sin un permiso legal.