Como ya es costumbre, el papa Francisco compartió el vuelo a Santiago de Chile con periodistas y aprovechó el tiempo de viaje para un pequeña conferencia de prensa. Pero antes de dar inicio a las preguntas hizo repartir entre los cronistas una foto de un niño después del bombardeo atómico en Nagasaki. La imagen, tomada por el fotógrafo norteamericano Joseph Roger O'Donnell, fue usada por el pontífice para advertir contra una posible guerra nuclear.
"Quise imprimir (la foto) y darla, porque una imagen así conmueve más que mil palabras. Por eso la quise compartir con ustedes", comenzó el Papa, según lo publicado por La Nación.
Francisco reconoció que teme por un enfrentamiento nuclear: "Pienso en serio que estamos al límite. Tengo miedo de esto”.
“Si seguimos así, basta un pequeño incidente que la situación puede precipitar. Hay que eliminar las armas”, agregó.
No es la primera vez que el pontífice argentino alerta sobre la posibilidad de una guerra de estas características. De regreso de su viaje a Myanmar y Bangladesh, hace dos meses, había señalado que la humanidad está en peligro de destrucción total.