El decano de la facultad de Odontología de la Universidad Nacional de Rosario, Darío Masía, se refirió a la polémica por la cantidad de estudiantes extranjeros que se forman en la UNR. Si bien la casa de estudios de Santa Fe al 3100 es de la que menos reciben alumnos de otros países, por los costos que supone el cursado y ejercicio de la profesión, Masía opinó que es necesario encontrar formas en las que los extranjeros devuelvan a la sociedad esa contribución que les permitió estudiar. Su vecino de Medicina, Ricardo Nidd, reconoció que "hay un problema de financiamiento". En esa línea, la secretaria general de la Asociación Gremial de Docentes e Investigadores de la UNR (Coad), Laura Ferrer Varela, sostuvo que el problema no son los estudiantes sino la falta de docentes y recursos.
“La universidad se debe una discusión que no debe demorar demasiado”, sostuvo Masía en contacto con Radiópolis, el programa que conduce Roberto Caferra por Radio 2; y propuso que los estudiantes de otros países que se forman en los pasillos de la universidad pública y gratuita, retribuyan esa educación con tareas a la comunidad.
Y como ejemplo puso las posibilidades que, en casos de carreras relacionadas a la salud, supone el Sistema para la Atención Médica de la Comunidad (Samco), donde los futuros odontólogos, médicos o psicólogos atiendan a quienes no puedan acceder a ese servicio.
“Creo que corresponde buscar una forma que los ciudadanos que han aportado tengan una devolución de esta manera”, dijo.
Por su parte, el decano de Medicina, carrera que eligen el 82 por ciento de los alumnos no argentinos, sostuvo –en diálogo con Alberto Lotuf en A Diario– que "hay un problema de financiamiento" que se acentúa en épocas de crisis como ésta.
En tanto, Ferrer Varela aclaró que el porcentaje de alumnos extranjeros en la universidad no significa un problema; apenas representan el 5% del total.
La dirigente gremial sostuvo “el ingreso irrestricto es un derecho que tenemos en Argentina y no podemos entregar” pero al mismo tiempo reconoció que la cantidad total de alumnos a veces dificulta el proceso de aprendizaje. Esto eso, cuando hay demasiados estudiantes por aula o por laboratorio. Entonces, para Ferrer Varela, la clave es, lejos de restringir el acceso, sumar recursos humanos y materiales.