El dolor lumbar afectará a un 80 por ciento de la población en algún momento de su vida, y el 99 por ciento de los que lo sufrirán padecerán 'síndromes mecánicos del raquis', en los que el dolor se origina en la espalda, y para evitarlo es recomendable realizar ejercicio físico, incluso durante los episodios de dolor, en la medida de lo posible, según el director médico de la Unidad de Espalda Kovacs-HLA Moncloa, Francisco Kovacs.

"Para prevenir la aparición o la recurrencia del dolor ha demostrado ser efectivo mantener el mayor grado de actividad física, incluyendo el ejercicio o el deporte. Desde luego cuando no duele, pero también durante los episodios de dolor, en los que se ha comprobado que conviene evitar el reposo en cama o reducirlo cuanto sea posible, y mantener el mayor grado de actividad física que el dolor permita, evitando solo las actividades concretas que lo incrementen o desencadenen", ha explicado para The Lancet.

En el caso de que el dolor se deba a un síndrome inespecífico en el que la dolencia se origina en las partes blandas como músculos o ligamentos, no significa que algo esté roto o deformado, sino que no funciona bien. El doctor Kovacs ha señalado que la "causa más frecuente es el mal funcionamiento de la musculatura o de los mecanismos que coordinan los grupos musculares que mantienen la espalda recta y nos permiten mantener el equilibrio al movernos".

"El 80 por ciento de los episodios dolorosos tienden a resolverse en menos de 14 días, pero si persisten más de 90 días se desencadenan otros mecanismos que pueden convertirlo en crónico y hacer que persista aunque desaparezca el motivo que inicialmente lo desencadenó", ha añadido.

Un estudio científico realizado en 188 países y publicado en "The Lancet" ha demostrado que el dolor lumbar es la principal causa de discapacidad en todo el mundo. Las mujeres piden más asistencia por dolor lumbar que los hombres, y es más frecuente entre los 45 y 60 años. El principal factor de riesgo es el estado de la musculatura; cuanto mejor sea, menor es el riesgo de padecer dolor y, sobre todo, menor la probabilidad de que se prolongue o repita.