Un viaje de aventuras que terminó en pesadilla. Una joven rosarina y su novio partieron hace unos nueve meses de travesía por el continente americano. Andrea y su pareja arrancaron en Estados Unidos y desde allí iniciaron el descenso hasta que llegaron a Ecuador y tuvieron que interrumpir el recorrido abruptamente. La muchacha sufrió un brutal ataque en Vilcabamba. Dos hombres la agredieron en el cerro Mandango. El caso recordó el doble femicidio de las mendocinas en Montañita en febrero de 2016.
En ocasión de su cumpleaños 31, Andrea decidió contar lo ocurrido en su muro de Facebook según publicó Infobae.
"Mi nombre es Andrea Carenzo, soy argentina y hoy (por este martes) estoy cumpliendo 31 años, y hace 19 días pensé que no iba a vivir para contarlo”, comenzó la muchacha.
Sin mediar palabra, dos hombres la atacaron por la espalda para robarle la mochila cuando subía sola al cerro Mandango.
"Uno de ellos me puso una cuchilla en el cuello y me tapó la nariz y la boca al grito de: «Dame la mochila porque te mato, hija de put#!!!», mientras el segundo me amenazaba con otra cuchilla", recordó. El arma no estaba afilada por lo que, cuando la apuñalaron, solo lograron hacerle unos cortes.
“No podía moverme para darles la mochila ni hacer nada, porque me sometían, y fue ahí que cumplieron con sus amenazas y me tiraron por el barranco –continuó–. Pegué con la cabeza de lleno contra el piso y mi cuello se dobló de una manera que pensé que no podría sobrevivir (…) Y pensé «esto es una pesadilla»", contó la víctima.
“Cuando dejé de caer, me levanté y empecé a correr, a tocar el silbato que tenía en mi mochila y a pedir ayuda”, siguió. Pero los ladrones la alcanzaron y volvieron a golpearla.
“Me sometieron presionando mi pecho, mi pierna derecha, mis brazos y mi cabeza contra el suelo, nuevamente amordazándome, impidiéndome respirar o hablar, y pegándome más de seis piñas en la cara. En la sexta paré de contar y empecé a pedir a Dios que si me iban a violar, me mataran”, agregó y contó que fue entonces cuando la acuchillaron ocho veces: “Gracias a Dios esa cuchilla no tenía filo y no me dejó más que marcas, si no, seguramente hoy no estaría celebrando mi cumpleaños”.