“Escuché: «No, por favor, no», y después un tiro”. Eran las ocho de la noche y Hernán acababa de ingresar a su casa de Amenábar y Dorrego. Se conmocionó con lo que pasaba del otro lado, tomó coraje y salió a la calle. Convaleciente, Nahuel Ciarroca yacía en la vereda tras haber sido baleado en lo que se presume fue un asalto sangriento.
En diálogo con Radiópolis (Radio 2), el vecino brindó precisiones de esos últimos minutos de la vida de este hombre de 28 años, quien volvía de la casa de sus padres y se dirigía a su propia vivienda cuando cuatro hombres en dos motos lo abordaron y le dispararon en la axila derecha.
Lo que alcanzó a oír Hernán fue el ruego de Nahuel por su vida. Pero no. No le hicieron ningún caso y dispararon, dejándolo tan herido que murió esperando la ambulancia. “Llamamos enseguida a la ambulancia y al 911 pero tardó más de media hora en llegar”, destacó este vecino indignado con la tardanza del Sistema Integrado de Emergencias Sanitarias (Sies). Incluso, personal policial arribó rápidamete al lugar pero los ladrones ya se habían escapado y no tenían conocimiento en reanimación.
Hernán contó que en ese lapso, mientras la víctima aún estaba con vida, pasó una mujer por el lugar y conmovida bajó y mantuvo a Nahuel entre sus brazos a modo de contención. Después, llegaron los papás del chico: “No podía pensar en nada después de ver todo eso”, relató Hernán sobre los sentimientos que le surgieron en ese terrible momento.
“Yo pensaba en esa familia, ver al papá y a la mamá, que te maten a tu hijo por un celular. Te queda la mente en blanco”, señaló.
“¿Cómo salís a la calle ahora?”, cuestionó y siguió: "Uno sabe que están las motos pero nunca, en diez años que vivo ahí pasó algo así. Hacía diez minutos que había llegado a mi casa, me puso pasar a mí".
Hernán se mostró consternado y abrumado por lo que tuvo que ver pero trató de analizar la situación: “En un país donde los jueces, los policías y los políticos son corruptos, qué se puede esperar. Se junta todo y eso mismo lleva a morir a un chico en la puerta de la casa. Los que lo matan son un poco más pobres que él, pero lo matan igual”, dijo.
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