La policía daba “habilitación” a bunkers, incluso supo proveer municiones a la banda de Los Monos. Algunas de estas situaciones quedaron expuestas ayer, durante una audiencia en la que se analizó la prisión preventiva de 4 de los uniformados implicados en la mega causa a cargo del juez Juan Carlos Vienna, que reclamaron recuperar la libertad a la espera del juicio.
En diálogo con el programa Radiópolis (Radio 2), el fiscal Guillermo Camporini brindó precisiones en relación a lo sucedido ayer en los tribunales. Se trató de la cuarta audiencia para discutir las medidas de encierro que pesan sobre acusados de integrar la organización. En esta oportunidad, quienes reclamaron fueron Waldemar Raúl Gómez, agente de la sección Inteligencia de la Policía Federal; Diego Javier Cárdenas, cabo 1º de una subcomisaría rosarina; y Juan Ángel Delmastro, de la sección Inteligencia de la ex Drogas Peligrosas provincial, quien también está imputado en el crimen de la adolescente Lourdes Cantero. El cuarto citado, el comisario de la Unidad Regional XVII Sergio Blanche, fue el único presente en la sala donde los defensores expusieron sus razones ante el camarista Rubén Darío Jukic.
Todos están detenidos bajo arresto domiciliario. Sus defensores reclamaron que les otorguen la libertad porque entienden que no intentarán escapar o adulterar pruebas mientras la causa se encamina al juicio.
Camporini, quien se opuso a los pedidos, remarcó que los agentes cumplían funciones concretas dentro de la organización en la cual diferenció dos lineas operativas. “Una a la cabeza de “Guiye” Cantero, hay escuchas que acreditan que manejaba la parte violenta, al equipo de sicarios integrado por el Gordo Vilches, Ema Chamorro y al Narigón Villa” y precisó: “Dos de estas personas se encuentran muy involucrados en el homicidio de Demarre cometido al otro día del crimen del Pájaro Cantero”. La otra era conducida por Monchi Machuca, en contacto con Mariano Ruiz, quien supuestamente administraba los bienes, y con la policía implicada.
Estas conexiones fueron apoyadas a través de escuchas telefónicas que en la jornada de ayer fueron leídas por la fiscal Cristina Rubiolo. “Son conversaciones patéticas, la Policía Federal que le bate un operativo en tal lugar e incluso participa para simular. Ni hablar de los los policías que cuando los vendedores clandestinos no les venden más municiones y uno de los policías se las ofrece. Hay otras conversaciones en que los llaman y les preguntan si tal vehículo pertenece o no a tal o cual dirección o si tal o cual kiosco o bunker está habilitado”, especificó.
Finalmente Camporini manifestó que se opuso a medidas que minimicen las detenciones. Por el contrario, dijo que "desde la cabeza de la Procuración General" se requirió aplicar "el rigor que corresponda" a los hombres de seguridad. Consultado sobre por qué en muchos casos rige la prisión domiciliaria para los acusados, explicó que son “producto de haberse acreditado padecimientos médicos”.
En diálogo con el programa Radiópolis (Radio 2), el fiscal Guillermo Camporini brindó precisiones en relación a lo sucedido ayer en los tribunales. Se trató de la cuarta audiencia para discutir las medidas de encierro que pesan sobre acusados de integrar la organización. En esta oportunidad, quienes reclamaron fueron Waldemar Raúl Gómez, agente de la sección Inteligencia de la Policía Federal; Diego Javier Cárdenas, cabo 1º de una subcomisaría rosarina; y Juan Ángel Delmastro, de la sección Inteligencia de la ex Drogas Peligrosas provincial, quien también está imputado en el crimen de la adolescente Lourdes Cantero. El cuarto citado, el comisario de la Unidad Regional XVII Sergio Blanche, fue el único presente en la sala donde los defensores expusieron sus razones ante el camarista Rubén Darío Jukic.
Todos están detenidos bajo arresto domiciliario. Sus defensores reclamaron que les otorguen la libertad porque entienden que no intentarán escapar o adulterar pruebas mientras la causa se encamina al juicio.
Camporini, quien se opuso a los pedidos, remarcó que los agentes cumplían funciones concretas dentro de la organización en la cual diferenció dos lineas operativas. “Una a la cabeza de “Guiye” Cantero, hay escuchas que acreditan que manejaba la parte violenta, al equipo de sicarios integrado por el Gordo Vilches, Ema Chamorro y al Narigón Villa” y precisó: “Dos de estas personas se encuentran muy involucrados en el homicidio de Demarre cometido al otro día del crimen del Pájaro Cantero”. La otra era conducida por Monchi Machuca, en contacto con Mariano Ruiz, quien supuestamente administraba los bienes, y con la policía implicada.
Estas conexiones fueron apoyadas a través de escuchas telefónicas que en la jornada de ayer fueron leídas por la fiscal Cristina Rubiolo. “Son conversaciones patéticas, la Policía Federal que le bate un operativo en tal lugar e incluso participa para simular. Ni hablar de los los policías que cuando los vendedores clandestinos no les venden más municiones y uno de los policías se las ofrece. Hay otras conversaciones en que los llaman y les preguntan si tal vehículo pertenece o no a tal o cual dirección o si tal o cual kiosco o bunker está habilitado”, especificó.
Finalmente Camporini manifestó que se opuso a medidas que minimicen las detenciones. Por el contrario, dijo que "desde la cabeza de la Procuración General" se requirió aplicar "el rigor que corresponda" a los hombres de seguridad. Consultado sobre por qué en muchos casos rige la prisión domiciliaria para los acusados, explicó que son “producto de haberse acreditado padecimientos médicos”.