Los médicos advierten que el tabaquismo y la obesidad influyen de forma muy negativa en la incontinencia, un problema de salud más grave de lo que se piensa ya que provoca aislamiento, depresión, ansiedad y ausentismo laboral. Afecta a más de 400 millones de personas en el mundo.
Aunque es más frecuente en la mujer, los hombres no están tampoco a salvo y se estima que 1 de cada 4 la sufrirá a partir de los 40 años. Obesidad, tabaquismo, diabetes, desórdenes del sueño, hipertensión, asma, demencia o parto, son factores que penalizan o están asociados a las pérdidas de orina, destacó Adrian Wagg, director de División de Medicina Geriátrica de la Universidad canadiense de Alberta, y consignó EFE.
La incontinencia crónica es reconocida por la Organización Mundial de la Salud como enfermedad, y afecta de manera decisiva a la calidad de vida de los pacientes tanto en el entorno social (aislamiento); como en el físico (problemas de piel). También repercute a nivel sexual (distanciamiento de la pareja por miedo a la pérdida de orina); psicológico (depresión, ansiedad, pérdida de autoestima); y laboral (ausentismo).
De hecho, y según los expertos, está posicionada en el quinto lugar en cuanto al impacto en la calidad de vida de los pacientes por encima de patologías como el infarto de miocardio o la diabetes.
La vergüenza provoca que la mitad de los pacientes no consulte a un especialista, lo que dificulta su diagnóstico y un correcto abordaje y, por tanto, agudiza la enfermedad e incrementa los costes asociados.
Por todo ello, los expertos defienden un cambio de paradigma para centrarse en la prevención y en la información, ya que mucha gente ni siquiera sabe qué es una vejiga.
“La obesidad influye de forma muy negativa y, de hecho, antes de practicar una cirugía para corregir las causas anatómicas que provocan esta afección, recomendamos adelgazar encarecidamente para el éxito de la operación”, indicó Manuel Esteban, presidente de la Asociación Española de Urología.
En cuanto al tabaquismo, es “un potente destructor de la vejiga activa, de forma demostrada, y en todas las guías a nivel mundial se recomienda su manejo para controlar la incontinencia en la mujer”.