El tabaco no solamente daña la salud del fumador, sino que también provoca graves trastornos al medio ambiente, ya que la planta necesita grandes cantidades de productos químicos y reguladores del crecimiento, lo que empobrece el suelo y perjudica la salud de los productores rurales que trabajan la tierra, según alertó la Organización Mundial de la Salud (OMS).

"Aunque parezca que una plantación de tabaco reporta beneficios a los campesinos locales, en realidad se ha visto que las granjas dedicadas al cultivo del tabaco no son rentables y que la exposición mantenida a la planta del tabaco perjudica la salud de los granjeros, que acaban desarrollando la enfermedad del tabaco verde", indicó el presidente de la Sociedad Española de Neumología y Cirugía Torácica (Separ), Carlos Andrés Jiménez Ruiz.

Esta enfermedad se caracteriza por náuseas, vómitos, cefalea, debilidad muscular y vértigo, y surge como consecuencia del uso de pesticidas y químicos, los cuales afectan no sólo la salud por exposición crónica, sino que también alcanza a aquellos que no cultivan directamente el tabaco. A largo plazo, puede provocar trastornos en el nacimiento, tumores, cambios genéticos, desórdenes endocrinos, sanguíneos, neurológicos y psiquiátricos, según consignó 20 Minutos.

El cultivo de tabaco también conduce a la deforestación, ya que se estima que se necesitan 11,4 toneladas métricas al año de bosque para el curado de las hojas de tabaco. Aún se necesita más para el empaquetado y el papel de cada cigarrillo. La deforestación, además, contribuye a un aumento de emisiones de CO2, el cambio climático, la pérdida de biodiversidad, la desertización y el aumento de la erosión del suelo, que disminuye su fertilidad y producción, y que altera el ciclo del agua.

A eso le sigue la manufactura, que está considerado el paso más contaminante para el medio ambiente producido por el tabaco. Y es que en su producción se consumen gran cantidad de recursos naturales y se vuelven a emplear contaminantes como pesticidas, productos químicos, hielo seco, agentes decolorantes, papel, plásticos, acetatos, cartón y aluminio.