El chofer del micro que trasladaba al plantel de Boca al Monumental afirmó que los ataques de hinchas de River pudieron haber terminado "en una tragedia". Manifestó que se desvaneció tras las agresiones y que el volante del colectivo tuvo que ser tomado por un dirigente xeneize. Consideró que "la zona estaba liberada" en el lugar donde fueron blanco de piedrazos y botellazos.
El conductor, apodado "El Gringo", expresó: "Es un partido de fútbol, no veníamos a la guerra. Podría haber sido peor, una tragedia. Gane Boca o gane River, la gente está toda loca. Tuve que acelerar porque pensé en los jugadores".
"Venimos a un partido de fútbol y resulta que te vas con todo el micro roto, jugadores lastimados, yo golpeado", agregó en diálogo con ESPN.
"Lo peor fue en las calles Quinteros y Libertador, ahí fue el ataque masivo. Después, cuando pasamos la rotonda parecía que nos esperaba un ejército. Para mí la zona estaba liberada, veníamos a un partido de fútbol no a la guerra", concluyó.
El micro de Boca fue atacado en Libertador y Lidoro Quinteros, cuando estaba por llegar al estadio. Tras los piedrazos y botellazos, el chofer explicó que se desvaneció por unos segundos y luego perdió el control del volante.
"El vicepresidente de Boca Horacio Paolini agarró el control del micro hasta que pude reaccionar. Traté de hacer lo posible para traer sanos a los muchachos hasta el Monumental", sostuvo.