Miles de tapiocas invadieron las playas bonaerenses. Desde Pinamar a Villa Gesell, el mar está "vedado" para los visitantes. El viento que sopla desde el continente hacia el mar es el que atrae a estos parientes de las medusas a la costa. Permanecerán, por lo menos, para lo que resta de la semana.
Según precisó el sitio web Infobae, las tapiocas se alimentan de organismos por filtración nadando contra la corriente. Por ese motivo se habrían acercado a la costa, donde se quedarán para lo que resta de la semana, ya que se espera viento norte casi todos los días.
Un guardavidas de Cariló explicó que estos seres vivos "desaparecen" cuando rota el viento y viene del sur. "Apenas vuelve a cambiar la dirección regresan", agregó.
Las tapiocas son pequeñas. Miden menos de un centímetro de diámetro y son casi invisibles, ya que el 95 por ciento de su organismo es agua.
El pasado fin de semana hubo días de mucho calor en la costa bonaerense, con jornadas de hasta 37 grados. Los paradores ofrecieron sus duchas y se armaron largas filas para que los visitantes puedan refrescarse.
El guardavidas también señaló que el ardor causado por el roce de las tapiocas se puede "neutralizar con amoníaco, agua dulce y sin exposición al sol". Además, recomendó que en caso de que la persona quiera meterse igual al mar se coloque vaselina "en todas partes del cuerpo para que no pique, y cuando sale del agua se dé una ducha de agua dulce".