Sebastián Gil Miranda es el reflejo de la búsqueda y el autodescubrimiento. Su inquietud constante lo hizo encontrar en la fotografía su modo de integrar todo lo que de algún modo lo atravesaba: la escritura, la arquitectura, la psicología, los derechos humanos, los viajes, el teatro y la música.
Antes de llegar a ser un fotógrafo humanitario o documentalista, pasó por varias carreras hasta que pudo encontrar su vocación: “De pronto me compré una cámara, me fui de viaje a Cuba y fue fascinante experimentar la situación de empezar a descifrar lo que pasaba. Me di cuenta que todos mis intereses estaban concentrados ahí. Con la fotografía podía encontrar algo artístico, social, poder conectarme con la gente, ver el trasfondo, su entramado social”, contó fotógrafo.
A partir de ahí, no paró. Se siguió involucrando en temas sociales, a viajar por lugares exóticos como Tanzania, Marruecos y la India, para afilar su ojo y comprender en qué parte de la fotografía documental quería enfocarse. “De ese viaje volví fotógrafo, sabiendo y teniendo bien en claro qué me interesaba hacer, expresó Sebastián.
Pero el verdadero “clic” lo hizo en un viaje a Haití luego del terremoto, en donde tuvo la posibilidad de estar en el campo de refugiados. “En ese momento sentí un vacío muy grande al preguntarme con qué sentido hacía fotografía social y me di cuenta que ya no me interesaba mostrar solamente lo que estaba pasando, sentía la necesidad de hacer algo concreto, de hacerme cargo de lo que estaba haciendo”, relató el fotógrafo.
Así fue como Sebastián comenzó usar la fotografía más que como un mero registro, como una herramienta de cambio social. “La idea fue colaborar con proyectos sociales ya existentes o armar emprendimientos propios. Siempre busqué participar de situaciones en las que veo que hay sufrimiento, desigualdad, en las que se pueden hacer cosas. Esas son las historias que elijo hoy en día, con las que siento que puedo generar algún cambio”.
De este modo comenzó su camino que lo llevó a ganar importantes premios internacionales: 1º Premio en el Sony World Photography Award 2015 en la categoría “Campañas Sociales”; “Performance Award” en el Humanity Photo Award 2015, organizado por China Folklore Photographic Association y la UNESCO y 1º premio “People’s Choice Prize” en Photoville 2014 en Nueva York.
Fundó el proyecto Photographers for Change, dirigió el proyecto fotográfico colectivo “World Cup” durante la Copa Mundial FIFA Brasil y el proyecto “Real Game” durante los Juegos Olímpicos Rio 2016. Además, co-creó el emprendimiento social Inside Light Project, con niños refugiados en la isla de Lesbos, Grecia.
Photographers for Change
Es una plataforma que reúne el trabajo de fotógrafos humanitarios de diferentes partes del mundo, muchos de ellos multipremiados internacionalmente, como Marcos Prado, productor de la película Tropa de Elite, Glorianna Ximendaz, fotógrafa costarricense con mucha conciencia social que en Argentina hizo un trabajo muy fuerte sobre cáncer de mama y fotógrafos con más de 20 años de experiencia en National Geographic.
“Se busca potenciar la idea de que un fotógrafo puede hacer mucho más de lo que se piensa. Nos interesa generar la visibilidad y entender que a través del lente se pueden hacer cosas”, cuenta Sebastián.
Inside Light Project
Uno de los proyectos más interesantes lo llevó a cabo en la Isla de Lesbos, en Grecia, una de las más cercanas a Turquía y con mayor problemática de refugiados. “En un año pasaron más de un millón y medio de personas. Hay un cementerio de salvavidas de toda la gente que llegó. Es algo muy impactante”, relata el fotógrafo y agrega: “En esa isla hay varios campos de refugiados distintos y cada campo tiene sus propias reglas. Parece más un campo de concentración que de refugiados”.
Inside Light, “luces desde adentro”, es un proyecto que busca focalizar en cuestiones positivas. “Les dábamos cámaras a los chicos y les decíamos ´busquen situaciones que son positivas para ustedes y regístrenlo´. La consigna los posicionaba en una situación específica de tener que salir a buscar esperanza en un contexto muy adverso”, narra Sebastián.
Al trabajar con cámaras descartables, analógicas, les explicaban acerca de la importancia del clic, que tenían que elegirlas muy bien y luego tenían que explicar por qué eran positivas. “Se generaba una catarsis grupal muy interesante. Se iban retroalimentando y entusiasmando mutuamente. Entonces veíamos cómo un cambio de actitud, de posicionamiento respecto a un problema, hace que se viva de una manera diferente. Al fin y al cabo los problemas no tienen más dimensión que la que uno les da.”
Actualmente están buscando financiamiento para llevar el proyecto a otras partes del mundo.
Proyecto fotográfico colectivo World Cup
Sebastián dirigió un proyecto documental, tanto en los Juegos Olímpicos como en el Mundial de Fútbol, para reflejar el costado social de estos eventos deportivos. “Fue un trabajo colectivo con más de 30 fotógrafos de diferentes partes del mundo. En el último que hice en los JJOO que se llamó “Real Game” estaban involucrados mucho de los fotoperiodistas más reconocidos de Brasil e internacionales de mucho prestigio, incluido el último premio Pulitzer, Mauricio Lima”.
“Lo que muestra y denuncia en este caso es todo un trasfondo de los eventos masivos, de la gente que perdió sus casas por causa de las obras, las manifestaciones, el deporte desde un lugar comunitario, tiene diferentes aristas y puntos de vistas según el fotógrafo”, narra Sebastián y cuenta que va a dirigirlo nuevamente en Rusia 2018.
Descubrir la vocación
“Pasé por muchas etapas distintas, todas ellas me ayudaron a ser el fotógrafo que soy hoy”, afirma Sebastián al consultar cómo es que descubrió la vocación.
“Antes de pensar qué querés hacer tenés que pensar qué tipo de persona querés ser y eso te guía hacia la acción”, expresa como mensaje final.