Sentirse abrumado o superado en el trabajo, o lo que es lo mismo, sentirse estresado, no es, ni mucho menos, bueno para la salud, muy especialmente para la salud de nuestros corazones. Y es que como han demostrado multitud de estudios, el estrés laboral incrementa de forma notable el riesgo de sufrir una cardiopatía isquémica. Sin embargo, parece que las nefastas consecuencias del estrés ocupacional sobre la salud cardiovascular no acaban aquí. Y es que como concluye un estudio llevado a cabo por investigadores de la Facultad de Salud y Bienestar de la Universidad de Jönköping (Suecia), las personas que padecen estrés laboral tienen un riesgo un 48% superior de padecer fibrilación auricular y, por tanto, una mayor probabilidad de acabar sufriendo un infarto o un ictus, según publica abc.
Como explica Eleonor Fransson, directora de esta investigación publicada en la revista "European Journal of Preventive Cardiology", "la fibrilación auricular es una afección común con graves consecuencias, por lo que es muy importante para la salud pública encontrar formas de prevenirla. Sin embargo, sabemos muy poco sobre los factores de riesgo asociados a esta enfermedad, muy especialmente el papel que juega el entorno laboral".
La asociación entre estrés laboral y fibrilación auricular no es nueva. De hecho, los propios autores recuerdan que ya se habían realizado dos estudios al respecto que concluían que el estrés ocupacional incrementaba en un 37% el riesgo de este tipo de arritmia cardiaca. Pero, ¿las empresas no son conscientes de la tensión a la que se ven sometidos sus trabajadores? Pues cuando menos en el caso de nuestro país, sí. Y es que según una encuesta publicada hace poco más de un año, casi tres de cada cuatro empresas españolas reconocen que el estrés laboral es su principal preocupación en relación con la salud y la productividad de sus plantillas.
Como concluye Fransson, "el estrés laboral ya se había asociado en estudios previos con la cardiopatía isquémica. Y ahora, este estrés laboral debe ser considerado un factor de riesgo modificable para la prevención tanto de la cardiopatía isquémica como de la fibrilación auricular. Las personas que se sientan estresadas en su trabajo y tengan ‘palpitaciones’ u otros síntomas de fibrilación auricular deben consultarlo con sus médicos y hablar con sus jefes sobre cómo mejorar su situación en el trabajo".