Una niña de 11 fue asesinada en la localidad bonaerense de Junín y la atrocidad del crimen despertó la ira de los vecinos que atacaron la casa del supuesto homicida. Se trata del cuidador de una vivienda en donde se encontró el cuerpo de la pequeña maniatado en la bañera.
Según publicó hoy Infobae.com, Camila Borda, de 11 años, fue hallada muerta este domingo por la tarde en Junín. La familia había denunciado su desaparición durante la mañana de ayer y cuatro horas después la Policía Bonaerense encontró su cuerpo en la casa quinta de un vecino ubicada en la calle Arias al 1559.
Fuerzas de seguridad hallaron el cuerpo en una propiedad cercana a la casa de la menor. Estaba con las manos atadas, la cabeza cubierta por una bolsa, un cable sobre el cuello y adentro de la bañera. Aún se desconoce la forma en la que falleció, pero según los primeros datos oficiales la menor tenía signos de estrangulamiento.
El cuidador de la casa, ubicada en el interior de una quinta, fue identificado como José Carlos Varela, soltero, de 40 años. Intentó impedir el paso de los efectivos policiales a la casa y lo mismo hizo cuando los agentes quisieron acceder al baño. En este lugar de la casa, estaba la niña sin vida. Según la información que maneja la Justicia local, la menor se trasladaba en bicicleta cuando fue interceptada por Varela, quien la engañó y la convenció de ingresar a la casa que estaba cuidando.
La causa quedó a cargo del fiscal Sergio Terrón, uno de los primeros en llegar a la casa donde estaba el cuerpo sin vida de Camila. Fuentes de la Fiscalía le aseguraron a Infobae que el fiscal obtuvo "pruebas contundentes y demoledoras" sobre el accionar de Varela.
"La bicicleta de la menor estaba en una habitación de la casa y el cuerpo estaba en la bañadera", explicaron a este medio desde la Fiscalía. El sospechoso fue inmediatamente detenido y permaneció en silencio hasta que fue trasladado. No confesó ser el asesino, ni lo negó. Solo se quedó en silencio.
Por el momento, la Justicia no pudo establecer si la menor fue abusada sexualmente. El cuerpo de Camila fue trasladado a la morgue, donde se llevará adelante la autopsia.
En tanto, el hombre fue detenido y trasladado a la comisaría de General Viamonte. Cuando lo trasladaron, los vecinos intentaron lincharlo. Apedrearon la casa y prendieron fuego un patrullero.
La Policía debió utilizar gases lacrimógenos y balas de goma para intentar dispersar a los vecinos y reforzaron la custodia de la Municipalidad de Junín para evitar posibles destrozos.
La lluvia de piedras sobre la casa en la que estaba Varela generó heridos. La madre de Camila, que estaba junto al fiscal, y tres efectivos de Gendarmería, sufrieron heridas menores por los piedrazos.