Amnistía Internacional realizó un informe en el que detalla qué és y cómo funciona el trolling y las agresiones a la libre expresión de periodistas y defensores de Derechos Humanos en redes sociales, sobre todo en Twitter Argentina.
El estudio se centró sobre las cuentas de once personas (periodistas como Marcelo Longobardi, Hugo Alconada Mon, Edi Zunino, Nelson Castro, Ernesto Tenembaum y María O'Donnell, y dos activistas de Derechos Humanos, entre ellos el premio Nobel de la Paz Adolfo Pérez Esquivel).
Analizamos los ataques a las cuentas de reconocidos periodistas y defensores de Derechos Humanos. Son las siguientes: pic.twitter.com/ZbYevIbfPp
— Amnistía Argentina (@amnistiaar) 19 de marzo de 2018
Se analizaron 354 mil tuits desde el 22 de octubre de 2017 al 14 de noviembre del mismo año y el comportamiento de grupos organizados contra una persona o comentario en particular. Los ataques combinan cuentas personales reales, trolls (cuentas cuyo registro violento bloquea el debate y desvía la conversación) y bots (cuentas automatizadas en sus interacciones).
Según el informe -que se puede consultar online-, “hay ataques a posiciones críticas que constituyen un preocupante agravio contra el derecho humano a la libertad de expresión y que configuran un riesgo para la convivencia democrática”. No solo descalifican, también funcionan como “un dispositivo de disciplinamiento y autocensura”.
El trolling y las agresiones, específicamente a periodistas y defensores de derechos humanos, tienen el propósito no sólo de descalificar sino también de funcionar como un dispositivo de disciplinamiento y autocensura.
— Amnistía Argentina (@amnistiaar) 19 de marzo de 2018
El propio Edi Zunino, editor de la Revista Noticias, aseguró que las conclusiones del trabajo no son para “victimizarse” pero destacó el valor de “comprobar científicamente” la existencia de trolls o robots direccionados para atacar, sobre todo a los críticos del gobierno nacional.
“Es una fuerza organizada para difundir ciertas cuentas y las opiniones de ciertas personas y desacreditar, criticar y amedrentar -conmigo no lo lo logran- a otros”, sintetizó el periodista en diálogo con Sergio Roulier (La primera de la tarde, Radio 2).
“Esto no demuestra quiénes son los jefes, ni cómo se financia pero sí que actua de facto esa red que mezcla identidades verdaderas, falsas, inexistentes o que asumen otra identidad”, añadió.
Se detectó la presencia de cibertropas en las interacciones y menciones de las once personas que se analizan en el informe. De los 354000 tweets relevados casi el 47% pertenece a cuentas que tuvieron participación previa en acciones de cibertropas. pic.twitter.com/HK97f6YP1g
— Amnistía Argentina (@amnistiaar) 19 de marzo de 2018
Por su parte, el consultor político y especialista en redes sociales Lucio Guberman bajó esos resultados a la política provincial y aseguró: “Esto sucede en Santa Fe, en una escala más atenuada que lo que pone de manifiesto el informe de Amnistía Internacional pero tengo clara noción de que esto se usa”.
Guberman señaló en Radio 2 que los ataques de trolls y bots “están claramente encausados por el gobierno nacional”.
El especialista dijo que está en discusión cuál debe ser el rol del gobierno en los medios tradicionales pero falta discutir con “respecto a las redes sociales; en este caso hay una intervención muy negativa”. Algo que cuestionó desde el punto de vista “ético”.
"No es una política del gobierno"
El ministro del Interior, Rogelio Frigerio, sostuvo que "no es una política del Gobierno" el uso de 'trolls' o 'cibertropas' en Twitter, al responder a un informe de Amnistía Internacional (AI) sobre ataques a periodistas y dirigentes humanitarios mediante acciones coordinadas de referentes oficialistas.
"Absolutamente no (existen). No tengo conocimiento y no creo que exista eso en nuestro Gobierno para nada", subrayó al ser consultado por la radio La Red, aunque aclaró que no leyó el informe.
Según el estudio que AI difundió el lunes, los ataques se cometieron por medio de "voceros oficiosos, los formales y los informales" que difunden y reproducen información falsa para atacar a personas.
El informe fue elaborado durante seis meses y contó con la colaboración de Martín Becerra, profesor de la Universidad de Quilmes e investigador, y de Luciano Galup, especialista en comunicación política.