Con asiduidad se recomienda el Omega 3 para prevenir problemas cardíacos y circulatorios, y está comprobado que sirve para personas sanas. Sin embargo este tipo de suplementos no produce ningún efecto sobre aquellos que ya tienen esas dificultades o han sufrido un infarto.

Así lo revela una investigación publicada en Jama Cardiology y reproducida por el sitio Quo, que analizó los datos de diez experimentos realizados en 78 mil personas. Parte de ellas habían sufrido un infarto al menos, mientras que el resto presentaba complicaciones cardiovasculares importantes.

La mitad de esta población tomó tres dosis diarias de 1.000 miligramos de Omega 3, y al resto se les administró un placebo. Y el resultado fue que cuatro años después no había diferencias entre la salud de ambos grupos.

Si bien el estudio todavía debe ser probado con dosis más grandes del producto, todo parece indicar que el Omega 3 sólo sirve para prevenir, pero no para curar.