Los soldados israelíes mataron a 55 palestinos este lunes en la frontera con la Franja de Gaza tras disturbios y manifestaciones contra la inauguración de la embajada de Estados Unidos en Jerusalén, que cumplió una de las promesas más controvertidas del presidente Donald Trump. Esta fue la jornada más mortífera del conflicto israelo-palestino desde la guerra de 2014 en la Franja de Gaza.
La dirigencia palestina denunció “una masacre” mientras el primer ministro Benjamin Netanyahu defendió el uso de la fuerza porque “todo país tiene la obligación de defender su territorio”, dijo en Twitter.
"La organización terrorista de Hamas proclama su intención de destruir Israel, y envía con este fin a miles de personas para forzar la frontera”, agregó.
Los hechos del lunes provocaron preocupación en la comunidad internacional en un contexto de fuertes tensiones e incertidumbres regionales. Turquía y Sudáfrica llamaron a consultas a sus embajadores en Israel.
Mientras los funcionarios estadounidenses e israelíes celebraban un momento “histórico” y la fortaleza de su alianza bajo una gran carpa blanca plantada en los terrenos de la nueva embajada en Jerusalén, decenas de miles de palestinos protestaban a pocos kilómetros de distancia, en la Franja de Gaza bloqueada.
Los más atrevidos, arriesgando sus vidas, enfrentaron los disparos de soldados israelíes arrojando piedras e intentando forzar el fuerte dispositivo de seguridad en la zona.
Según el ministerio de Salud en Gaza, 55 palestinos murieron por disparos israelíes en la frontera con Israel, y cientos resultaron heridos.