Los subsidios que manejan los senadores provinciales, y que distribuyen con total arbitrariedad, están bajo la lupa. En ese marco, aparece como probado que dinero que salió de la Cámara alta para una fundación nunca llegó al destino prefijado.

La investigación en cuestión la lleva adelante el fiscal Sebastián Narvaja. Es por una denuncia contra el senador del departamento Iriondo Hugo Rasetto y dos asesores, Abel Castro y Rubén Stagno.

En una causa que tramita Narvaja, el funcionario y los querellantes comprobaron que el dinero de sun subsidio supuestamente destionado a la Fundación Oliveros salió de la Cámara de Senadores. Pero ese dinero nunca entró a la Fundación.

Según un informe que realizó el periodista Hernán Funes en Telenoche, en total son 340 mil pesos en subsidios que se determinaron que irían a esa fundación. Del cobro se encargó el asesor Stagno.

La propia Fundación Oliveros fue la que advirtió que figuraba en la nómina de beneficiarias por los subsidios aportados por Rasetto y el presidente de la entidad denunció no haberlos recibido. Se supone que para eso le falsificaron la firma al presidente, Jorge Martín, que aparece en el endoso del cheque.

Martín es querellante en la causa con los abogados Fabián Speca y Luis Rossini.

Stagno es secretario de la Fundación y su hija la tesorera y a la vez secretaria del senador Rasetto.

La causa se investiga como fraude a la fundación, no al Estado, y no hay evidencia de que el dinero haya vuelto al senador.

Los senadores manejan 653 mil pesos por mes cada uno en concepto de subsidios, que distribuyen según su propia voluntad.