Enrique Sacco, viudo de Débora Pérez Volpin, y el abogado Diego Pirota brindaron una conferencia de prensa en el Salón Montevideo de la Legislatura de Buenos Aires en la que ratificaron que las pericias determinaron que la periodista y legisladora –que murió el 6 de febrero pasado, mientras le practicaban un estudio endoscópico en el Sanatorio de La Trinidad– falleció a causa de las perforaciones que recibió en el esófago.
Al respecto, el letrado sostuvo que Pérez Volpin "murió por una perforación instrumental del esófago que le provocaron en la clínica La Trinidad", al tiempo que lanzó duras críticas a ese centro médico y al juez Gabriel Ghirlanda, quien renunció a la causa este martes.
"La clínica le mintió a la familia. Ella no tenía ni una úlcera, ni hepatitis, ni nada de lo que dijo la clínica", remarcó Pirota. En cuanto al magistrado, el abogado dijo que los allanamientos fueron ordenados tardíamente, por lo que el endoscopio usado para el estudio en el que Débora murió nunca fue hallado.
"El juez tenía que allanar y llevarse el endoscopio, pero lo hizo tres días más tarde y nos encontramos con un equipo viejo, obsoleto", sostuvo. En ese línea, Pirota acusó al juez de permitir que "se pierdan pruebas concluyentes".
"Este informe nos va a permitir a la familia abrazarnos y conciliar un poco de paz. A partir de ahora pedimos justicia al nuevo juez, que tendrá la posibilidad de ver un montón de cosas. Le pedimos que tenga la inspiración, la personalidad, la sabiduría, la experiencia y el compromiso para resolver esto de acuerdo a lo que Débora hubiese querido", afirmó Sacco. Y agregó: "El informe es contundente, no fue muerte natural".
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