KiVa es un programa basado en la investigación para prevenir y enfrentar el acoso (bullying) en los colegios. Se desarrolló en la Universidad de Turku, en Finlandia, con financiación del Ministerio de Educación y Cultura de ese país.
Su eficacia se basa sobre todo en el cambio de actitudes y actuación de “by-standers” (los alumnos que no son ni víctimas ni bullies) que están contra del acoso y apoyan a la víctima, en lugar de fomentar el acoso. Más de 90 % de todas las escuelas están inscritas en KiVa en Finlandia.
También está implementado (o en el proceso de implementación) en Bélgica, los Estados Unidos, Estonia, Francia, Italia, Luxemburgo, Nueva Zelanda, los Países Bajos, Reino Unido, Suecia, y Suráfrica.
En Finlandia ha demostrado su eficacia en una gran prueba controlada y aleatoria de 117 escuelas con intervención y 117 escuelas de control (en total 150 000 alumnos); una muestra más grande del mundo que existe relacionado con la investigación sobre el acoso escolar.
Además, los estudios en otros países (p.Ej., Italia, Holanda, Estonia, Inglaterra, Suecia) han mostrado resultados positivos significativos.
La comunidad científica reconoce y valora los impactos de KiVa.
Ha ganado varios premios internacionales e nacionales
- el Premio Europeo de Prevención de la Delincuencia en 2009,
- el Premio de Política Social por el Mejor Artículo en 2012, y
- cuatro Premios Nacionales en 2008, 2010, 2011 y 2012.
Beneficios
Reduce significativamente el acoso escolar denunciado por la propia víctima y por sus compañeros, además de disminuir las represalias.
Influye en múltiples formas de tomar represalias: verbales, físicas y el ciberacoso.
Produce efectos positivos en la apreciación de la escuela, la motivación académica y el rendimiento escolar.
Reduce la ansiedad y la depresión, y tiene un impacto positivo en la percepción de los alumnos del entorno de sus compañeros.
Ha ayudado a 98 % de las víctimas que participaron en reuniones con los equipos KiVa de la escuela a sentir que su situación mejoraba.
En Finlandia, en el primer año, tanto las represalias como el acoso se redujeron en gran medida en más de un millar de colegios finlandeses que implantaron KiVa en otoño del 2009.
Además, facilita en los alumnos y alumnas el dominio de habilidades sociales y la interiorización de principios actitudinales para la convivencia.