Programadores, desarrolladores, ingenieros en sistemas, son todas profesiones asociadas directamente al género masculino, pero esto no fue siempre así. Hasta hasta hace relativamente poco, en los años 70, había muchas más mujeres en las carreras de informática, y esto fue disminuyendo progresivamente, no solo en Argentina sino en todo el mundo.
“Hay varias cosas que se juegan en el ámbito de la tecnología, por un lado los prejuicios y preconceptos que caen sobre las mujeres, y por otro la relación de poder entre hombres y mujeres en el mercado laboral. No hay nada natural que diga que las mujeres somos mejores para las carreras que implican cuidado y los hombres para todo lo que implique construcción”, explica Mara Golzman, miembro del equipo de Educación de Chicas en Tecnología, una organización sin fines de lucro que busca motivar y potenciar el conocimiento y el entusiasmo de las mujeres por la tecnología.
Chicas en Tecnología surgió de una comprobación fáctica: hay pocas mujeres dedicándose a tecnología, y no hay nada que les impida participar de esta industria. “Nuestra idea es poder brindar a nuestras jóvenes la oportunidad de pensarse en su vínculo con la tecnología. No esperamos que todas las chicas que pasan por nuestro programa terminen siendo programadoras, hoy en día todas las carreras y profesiones usan la tecnología, y hay muchísimos puestos de trabajo vinculados a la tecnología, como UI, UX, diseño, mismo educación. Todas las del equipo de Educación trabajamos en educación y tecnología. En mi caso, en la formación docente en la inclusión de tecnologías en la enseñanza, y actividades de programación para niños”, explica Mara.
“Para estudiar y trabajar en tecnología lo único que tenemos que tener es ganas e ideas. Lo que hacemos en Chicas en Tecnología es proveer un entorno para jugar y estimular la potencia de cada una de las chicas. Siempre decimos que no podés querer ser lo que no podés ver”, continúa explicando Mara.
”Lo que proponemos es pensar qué lugar queremos habitar en el mundo tecnológico y cómo. Todos nuestros programas están ideados para que las chicas sean productoras de tecnología, no sólo consumidoras, Y esto es muy importante porque las chicas descubren que, por ejemplo, además de usar redes sociales, pueden resolver distintas problemáticas que suceden en el mundo en el que vivimos”, cuenta Marcela Pelz, también parte del equipo de Educación.
La mayoría de las personas tienen un interés creciente por la tecnología, pero no todos ven factible la posibilidad de ser parte. Muchas personas no conocen el ambiente y las posibilidades que brinda en Argentina. “Es una industria en constante crecimiento. La versión de la tecnología que ven los chicos en la escuela no tiene nada que ver con la realidad. En la secundaria no existen materias de tecnología en muchísimas escuelas. Por eso en el programa vamos a las empresas, para mostrar el ambiente de trabajo, pero especialmente para mostrar que es una posibilidad real de trabajo para quien quiera involucrarse”, explica Mara.
Dentro de las actividades que realizan dentro de la organización se encuentra “Programando un Mundo Mejor”, un programa intensivo en tecnología con fines sociales y habilidades emprendedoras para chicas de secundario entre 13 y 16 años, que hace poco tuvo su tercera edición. El objetivo es diseñar y desarrollar una aplicación para celular que resuelva un problema en su comunidad de manera creativa y sustentable.
“El programa es una inmersión intensiva en el mundo de la tecnología, en el que en dos tardes y dos días completos las chicas piensan y desarrollan un prototipo funcional de una aplicación que resuelva problemas de la sociedad que ellas sientan cercanos. Se abordan una diversidad de temáticas. En este último, por ejemplo: bullying, anorexia, salud, la vida escolar, el vínculo con los adultos. Creo que esto hace que la experiencia sea significativa tanto para ellas como para los adultos que las acompañamos”, relata Mara.
Por último, Marcela cuenta que la idea del programa es que las chicas puedan vivenciar una experiencia vinculada al mundo tecnológico y emprendedor, siendo ellas mismas creadoras de tecnología para la solución de problemáticas que las tocan muchas veces, de cerca. “¿La intención? Que vivan la experiencia, descubran si les gusta y se sientan motivadas a seguir adelante, en el caso de que les interese”, expresa Marcela.