“Los cuentos y juegos ayudan en la resolución de temas difíciles, pueden ser terapéuticos”, afirmó Maritchu Seitún, psicóloga que brindó un taller teórico/práctico en el Jardín Los Senderos, de Apdes Rosario. En el encuentro se brindaron herramientas a los padres para que avancen en la creación de su propio cuento, con el fin de solucionar problemas de sus chicos.
Contar historias es parte de la cultura humana desde que el hombre aprendió a hablar. Así surgieron los cuentos tradicionales, los mitos, las leyendas y las fábulas, y es el sustrato de toda obra teatral, película o serie.
La propuesta de Seitún es inventar cuentos para resolver un problema: así los chicos pueden ver, oír y entender a una distancia y en un formato tolerable para ellos. Los cuentos son una forma concreta y práctica para conectar a los chicos con lo que sienten, con lo que les pasa, con lo que les duele, o les cuesta, o no entienden. Ayudan a los padres a darse cuenta por dónde pasan sus preocupaciones al ver sus reacciones cuando les contamos historias.
“El material del que hablo está ahí -explicó Maritchu Seitú-, disponible para nosotros. Podemos usarlo para transmitir nuestros valores culturales, espirituales, morales, sin lecciones de vida, aburridas o agobiantes, para resolver conflictos o simplemente para acompañarlos en lo que les pasa”.
Los chicos no siempre pueden escuchar las palabras de los mayores, explicaciones racionales y razonables de las circunstancias, porque hacerlo implica dejar de defenderse o resistirse, y muchas veces no están preparados. Los padres pueden sortear esas defensas y resistencias presentando el tema con suficiente distancia.
La especialista resaltó que un cuento ofrece esa distancia que les permite ver y escuchar: para ellos es un alivio comprobar que no son los únicos con esa preocupación “porque también al personaje del cuento le pasa”, y les reconforta que el adulto entienda. Les permite aceptar los cambios en pequeñas dosis, ver las situaciones en perspectiva y les ofrece información. Los ayuda a procesar la realidad sin consecuencias serias y facilita la adaptación a esa realidad. Además, se les presenta un modelo con el que identificarse, en un encuentro cálido y pleno de intimidad en el que se fortalecen las relaciones.
¿Temas para cuentos? Se pueden instalar hábitos y rutinas, ayudar a comprender emociones como los celos, la tristeza, el enojo, los problemas con los amigos, la falta de atención o las frustraciones. Afrontar los miedos y las inseguridades personales, enseñar a pedir ayuda, a manejar el estrés, la ansiedad, los cambios, ya sean situaciones nuevas o traumáticas.
Los cuentos pueden ser aliados valiosos a la hora de educar en la afectividad y sexualidad, explicar la adopción, aceptar el nacimiento de un nuevo hermanito, enfermedades o pérdidas. Los chicos son una audiencia entusiasta, adoran las historias y pasar tiempo con sus padres. Pero cuidado, que si esta no es la actitud ante los cuentos, puede ser que le falten ingredientes divertidos o que en lugar de dejar que el chico internalice la historia y saque sus propias enseñanzas, el adulto termine imponiendo alguna “moraleja”.