Las várices son una dolencia que afecta principalmente a las mujeres aunque también existen hombres que las padecen. Sus causas incluyen desde factores hereditarios hasta temas circulatorios. A continuación te exponemos los tipos de varices que existen y la gravedad de cada uno de ellos, según saludalia.com.
Las várices de Grado I
Las várices de Grado I son las más comunes y las tienen multitud de personas. Se trata de unas várices que también se denominan varículas. Estas várices son cuando se pueden ver en diferentes partes del cuerpo a través de la piel una especie de venas de color violeta.
Para muchas personas estas várices tienen forma de estrella y se les denomina arañas vasculares. Realmente no se trata todavía de un problema médico grave sino simplemente es un problema estético aunque en algunas ocasiones y personas pueden llegar a producir sensación de cansancio e incluso de pesadez en las piernas.
La mejor opción para tratar estas insuficiencias venosas será seguir diferentes consejos y tips de prevención para evitar que este tipo de várices puedan hacerse más graves.
Las várices de Grado II
En segundo lugar encontramos las várices de Grado II. Estas várices son la evolución directa de las várices de grado uno y en este caso las venas pasan a verse más y hacerse más visibles porque la circulación no es nada buena. En este punto ya podemos notar los primeros síntomas de las varices como pueden ser el dolor, el cansancio en las piernas y la pesadez, los hormigueos, los calambres y la sensación de calor, el escozor o incluso los picores.
En este grado ya resulta fundamental tratar las varices o de lo contrario éstas seguirán extendiéndose y dilatándose cada vez más, lo cual puede llegar a ser verdaderamente peligroso para la salud de las personas que las padecen.
Las várices de Grado III
El siguiente tipo de várices que podemos encontrar, como leemos en Varicenter, son las várices de Grado III. Se trata de un tipo de várices especialmente delicadas pues en este caso las venas ya pasan a estar bastante tortuosas y se muestran muy dilatadas. Con estas várices los síntomas van aumentando de forma progresiva y cada vez las piernas o las zonas que presentan las varices se encuentran más hinchadas. Además, con las várices de grado III suele producirse también el cambio de color en la piel de la zonas afectadas.
Para llegar hasta este nivel los enfermos deben pasar mucho tiempo sin tratar várices de grado dos. Además en este tercer grado en el que las venas aparecen mucho más dilatadas, tortuosas y antiestéticas a ojos de cualquier persona.
Los síntomas van aumentando de forma progresiva en forma de edemas, hinchazón y diferentes cambios en el color de la piel que si no se tratan de forma adecuada en normal que terminen produciendo un grado de afección todavía más grave.
Las várices de Grado IV
Por último encontramos las várices de Grado V. Sin duda son las más graves porque en estos casos pueden detectarse incluso úlceras y zonas eccematosas bastante delicadas. Si se llega a este punto las várices se vuelven muy complicadas de tratar porque las úlceras son muy peligrosas e incluso pueden llegar a infectarse con mucha facilidad.
Las personas con várices de grado cuatro tendrán mucha hinchazón, dolor y úlceras pero es que además será mucho más fácil para las personas afectadas desarrollar cualquier tipo de infección ya que tendrán heridas abiertas externas muy peligrosas y complicadas de tratar.
Sin duda se trata de un punto crítico para las várices al que no se debería llegar en ningún caso pero si alguna persona se encuentra en este grado de enfermedad será básico que reciba una intervención para tratar este problema o de lo contrario puede llegar a sufrir una embolia pulmonar poniendo en riesgo incluso su vida si no se le trata a tiempo o recibe ayuda médica de forma eficiente.