Los ex presidentes de los Estados Unidos que dejaron su cargo reciben una pensión equivalente al salario de la categoría uno del Poder Ejecutivo. Los cuatro ex mandatarios que aún siguen con vida –Jimmy Carter, George H.W. Bush, William J. Clinton y George W. Bush– cobraron unos 207 mil dólares anuales en 2016. Además de las prestaciones por viáticos, gastos de oficina, comunicaciones y salud, que sumaron otros 200 mil dólares.
También reciben la protección del Servicio de Inteligencia para ayudar a la vida pospresidencial, según un informe Servicio de Investigación del Congreso de Estados Unidos.
El ex presidente Barack Obama, de 55 años, se sumará a la nómina de presidente jubilados, aunque en este periodo de transición seguirá cobrando por siete meses el mismo sueldo que el primer mandatario de ese país.
Las pensiones y demás beneficios se crearon por primera vez en 1958 a raíz de los problemas financieros por los que estaba atravesando el ex presidente Harry Truman, según un informe de la CNN. Aunque, al parecer, por estos días el apoyo a los ex mandatarios corre peligro si el Congreso aprueba un proyecto presentado para eliminar estos beneficios.