“El mismo suelo que piso seguirá/ yo me habré ido/ rumbo también del olvido/no hay doctrina que no vaya/ y no hay pueblo que no se haya/creído el pueblo elegido”. De este modo versa la “Milonga del moro judío” de Jorge Drexler, una gran metáfora de las luchas ideológicas, religiosas y culturales que castigan al mundo desde sus inicios. Cuando la historia no es más que una “puerta giratoria”, solo queda la memoria para cambiar el curso de los hechos.
En la semana en que se conmemora el 103° Aniversario del Genocidio Armenio, conversamos con Alexis Papazian, historiador y miembro de Fundación Luisa Hairabedian, quien desde hace tres años lleva adelante un ciclo formación docente en la provincia de Santa Fe, como parte de una iniciativa conjunta entre la Colectividad Armenia Rosario y el Ministerio de Educación de Santa Fe.
Consultado acerca de la importancia de formar a docentes y estudiantes en temáticas como el genocidio armenio y otros crímenes de lesa humanidad, Papazian, quien es miembro de la Red de Investigadores sobre Genocidio y Política Indígena, expresó: “Tenemos que formar jóvenes críticos de la historia” y agregó: “Cuando pensamos la historia lo que hacemos es construir narrativas sobre el pasado para entender el presente. Estamos reconstruyendo algo que no sabemos si fue así, nadie puede asegurarlo, pero eso que pasó puede ser leído hoy en otra clave”.
Alexis, quien además es profesor de enseñanza media y superior en Historia y Doctor con mención en Antropología de la Facultad de Filosofía y Letras de la UBA, sostiene que “difícilmente sepamos todo lo que pasó con el genocidio armenio, pero sí entendemos que hubo una planificación y sistematicidad llevada en un momento determinado por el estado turco que hoy tiene un aspecto en común: la actualidad, primero porque hoy en día el estado turco lo sigue negando y además porque es comparable con otros procesos genocidas que se están gestando ahora”.
El genocidio en las escuelas
En 2015, cuando se conmemoró el centenario del Genocidio Armenio, se llevaron a cabo diferentes talleres de formación para docentes, con el objetivo de generar un espacio de reflexión histórica crítica y de análisis sobre crímenes de Lesa Humanidad, acciones de discriminación y de violaciones a los Derechos Humanos. La formación estuvo organizada por la Colectividad Armenia de Rosario, en conjunto con Fundación Luisa Hairabedian e impulsado por el Ministerio de Educación de Santa Fe, a través del programa “La Escuela Hace Memoria”.
A tres años de esa iniciativa, Silvia Morelli, directora Provincial de Desarrollo Curricular y Relaciones Académicas del Ministerio de Educación de Santa Fe, detalló que se formaron alrededor de 400 escuelas y contó que: “Hasta el día de hoy mantenemos relación con esas escuelas, otras se van sumando y pidiendo trabajar los temas. Seguimos recibiendo consultas y propuestas para trabajar el genocidio armenio en las aulas”.
La directora provincial contó que actualmente se continúa la formación y la idea es “crear consignas de trabajo que luego subimos a la plataforma educativa invitando a docentes ya formados y a otros que pueden estar interesados. Aprovechamos todo el material que la Fundación nos donó al Ministerio para utilizarlo como material curricular”.
Morelli detalló que en el Diseño Curricular de la educación secundaria en la provincia de Santa Fe este tema “está hecho visible en los tres espacios de construcción de ciudadanía que existe en la formación general del ciclo orientado” y agregó que “además hay una unidad curricular articulada, que es el Seminario en Ciencias Sociales, que está en el primer año del ciclo secundario donde habilitamos el espacio para que eso se trate”.
La directora contó que además, la incorporación de la temática del genocidio armenio también habilitó hace unos años el abordaje de los genocidios aborígenes en Argentina. “Entra en todo el nudo interdisciplinario que tiene que ver con vulneración de derechos humanos. Este año abrimos una convocatoria que las escuelas secundarias ya están trabajando para pintar murales sobre la identidad, ya que el año pasado se cumplió 40 años desde la Fundación de Abuelas”.
Respecto a la importancia que tiene trabajar estas temáticas en las escuelas, la directora provincial expresó: “Es sumamente productivo para los jóvenes. Las escuelas lo abordaron desde la constitución de la identidad y la otredad; quién es el otro, el otro diferente, el otro vulnerado, silenciado, el otro con el que no se había hecho memoria hasta el momento. Y a la vez los jóvenes van constituyendo su propia identidad y reconociéndose a partir de la relación con otros”.
Por su parte, Papazian expresó que todo este trabajo formativo realizado durante estos años tuvo un gran impacto: “Estamos exponencialmente mejor que hace 5 años atrás. Con el Centenario del genocidio armenio hubo un quiebre, hubo mucha demanda de docentes por aprender sobre estas temáticas y no solo de parte de la comunidad armenia sino de la comunidad en general”. Y agregó: “A veces transitamos estas problemáticas dentro de la misma colectividad, mientras siga sucediendo eso la posibilidad de visibilizar el tema va a ser mucho menor. Los crímenes de lesa humanidad no son exclusivos de los armenios, de los judíos, atañen a toda la población”.
Más libros y mejor formación
Sin embargo, aún hay mucha tarea por hacer. “El gran problema son los manuales de texto, hay muy poco”, expresó el historiador respecto a que si bien a nivel nacional hay un reconocimiento por ley del genocidio armenio y en muchas currículas está incluido como temática de estudio, no siempre se cuenta con los recursos para trabajarlo, por no estar incluido en los manuales de texto.
“Estadísticamente el genocidio armenio es el segundo genocidio más estudiado a nivel mundial. La cantidad de bibliografía que hay es impresionante, sin embargo no tiene tanta visibilidad como otros temas, como el Holocausto. Esto está vinculado con la falta de herramientas pedagógicas y contenidos formulados para llevar adelante este tipo de enseñanzas en el aula”, agregó.
Además, Papazian detalló otra falencia que tiene que ver con la formación docente: “En el caso del genocidio armenio hay un desconocimiento absoluto, falta formación en los profesorados. Lo que se ve muchas veces se ve es una repetición de lo que hemos aprendido de chicos. El peso que tiene la propia formación escolar a la hora de dar clases es a veces más fuerte que lo que uno puede aprender de adulto”.
Por último, el historiador expresó: “Los docentes de Historia en educación media tenemos que generar herramientas para que los estudiantes puedan analizar críticamente textos".