Muchas personas vuelven a la universidad después de los 30 o los 40 años. Antes de tomar la decisión definitiva, la persona suele dudar. Especialmente, si se inscribe en un programa presencial en el que va a coincidir, principalmente, con alumnos jóvenes. El sitio formacionyestudios propone una serie de razones por las cuales decidir retomar los estudios después de haber cumplido una determinada edad.
1. Ahora o nunca
No tenés excusa; si realmente querés estudiar, si de verdad querés formarte, entonces, no te quedés estancado en el hecho de que en el pasado no tuviste la oportunidad o no la aprovechaste. Centrate en el presente y dejá de aplazar tu meta de estudiar para otro momento mejor.
2. Si te organizás, podés lograrlo
Es cierto que no es lo mismo estudiar después de los 30 que a los 18 años porque el estilo de vida y las circunstancias personales de un adulto de esta edad son distintas a las de un joven universitario. Sin embargo, aunque la situación es distinta, si organizás tu tiempo, podés llegar a todo. Si otras muchas personas lo han hecho, vos también podés.
3. Oportunidades de empleo
Si estás en la etapa de los 30 años te queda un largo futuro laboral por delante. Por esta razón, si querés optar a mejores oportunidades de empleo gracias a ofertas con mejores condiciones de horario y salario, entonces, la formación es tu mejor preparación para el éxito. De hecho, esta puede ser tu principal motivación.
4. Por ti mismo
No existe razón más importante para estudiar después de los 30 que la propia decisión de querer cumplir esta meta. Es decir, es una decisión de autoestima porque el conocimiento no solo te abre puertas en términos laborales, sino que también cambia tu vida personal al darte nuevos recursos en la toma de decisiones. Recordá como dijo Sócrates, que “solo sé que no sé nada”. Por tanto, después de los 30 te queda mucho por aprender.
5. Activá tu mente
Es posible que si has perdido el hábito del estudio te cueste un poco retomarlo, sin embargo, antes de lo que pensás ya te habrás habituado a esta rutina de exámenes, clases y estudios. Además, también podés tomar decisiones que te permitan estudiar con un plan flexible para tus circunstancias. Por ejemplo, no tenés por qué apuntarte a todas las asignaturas del primer curso. Elegí menos materias para gestionar mejor tu vida profesional con tu vida académica. También tenés que ser realista con tus propias circunstancias.
6. Aumentá tu imagen de marca
Ahora te conocés mejor a vos mismo. No solo sabés mejor qué querés sino que además, también tenés un mayor compromiso con el esfuerzo. Por tanto, estudiar mejora tu imagen de marca a nivel laboral. Podés mejorar tu currículum y, también, hacer contactos de trabajo.
No te quedes estancado en los estereotipos sociales de aquello que se supone que debe hacerse a una edad determinada. Obtener un título oficial también es una buena razón para estudiar después de los 30, porque el título acredita el conocimiento de un profesional en su currículum, Y aunque podés aprender mucho de una forma autodidacta, seguir un programa oficial es fundamental para alcanzar la excelencia académica superando las pruebas competentes.
Si tenés dudas sobre si estudiar después de los 30 es una buena idea, centrate en todo lo positivo de esta experiencia porque todavía estás a tiempo de cambiar tu vida para siempre. No dejés que los estudios sean tu asignatura pendiente y evita la crisis de los 40 en el plano laboral sintiéndote más joven que nunca gracias al espíritu universitario.