Algunos lo hacen a propósito porque les gusta el ruido, otros por costumbre y también están quienes los hacen sonar sin querer. Lo cierto es que son muchos los que crujen los nudillos provocando muchas veces las críticas de quienes tengan alrededor, que seguramente le advierten sobre el riesgo de sufrir artritis.
Sin embargo varios estudios recientes desmienten esta posibilidad, basándose en comparaciones de tasas habituales de artritis de manos de personas que crujen sus nudillos a menudo, con las de quienes no lo hacen nunca.
Se cree que el "estallido" de un nudillo está causado por burbujas que explotan en el líquido sinovial, el encargado de lubricar nuestras articulaciones. Las burbujas estallan al separarse los huesos, ya sea estirando los dedos o doblándolos hacia atrás, según consignó Quo.
“Puede haber muchas burbujas implicadas, pero hemos mostrado que el colapso de una sola es suficiente para conseguir el tipo de sonido del crujido”, indicó Abdul Barakat, coautor de uno de los estudios en la materia realizado por la Escuela Politécnica de París.
Los expertos aseguran que estas pequeñas explosiones que se producen al chascar nuestros dedos no provocan desgaste en la zona, por lo que no se puede relacionar con la artritis.
No obstante, existen otros motivos por los que se desaconseja este hábito: al crujir la articulación, forzamos ligeramente tendones y ligamentos, lo que puede llevar a una reducción de la fuerza de agarre a medio o largo plazo.