Científicos del Instituto Salk realizaron un enorme avance en materia de trasplantes al conseguir modificar genéticamente un cerdo con la finalidad de elevar las posibilidades de utilizar sus órganos en humanos.

Hasta el momento, el mayor problema en este tipo de experimentos radicaba en que el cuerpo humano, por medio del sistema inmunológico, repelía de forma casi inmediata los órganos ajenos que no eran compatibles con él.

Es por eso que en esta ocasión trabajaron inyectando células madre humanas al embrión de un cerdo que luego fue implantado en el útero de una cerda. Según publicó la revista Cell y reprodujo el sitio Salud 180, al cabo de cuatro semanas las células madres se convirtieron en precursores de diversos tejidos humanos, incluyendo algunos como las neuronas, el corazón y el hígado.

Además lograron que el cerdo, al que apodaron Somang-i, produjera un antígeno para reducir las posibilidades de rechazo hiperagudo de un trasplante de animal a un humano. Si bien experimentos similares se habían hecho con ratones y ratas, el cerdo en cuestión tiene un gran valor porque por su tamaño, tiene órganos que se asemejan a los humanos.

Además podrían cruzarse con otros animales de su especie también modificados genéticamente para explorar la viabilidad de trasplantes más duraderos. Si se logra empezar a producir órganos de cerdos modificados con mayor masividad, se podría aliviar la escasez de los humanos para transplantes.

Ahora el equipo del Instituto Salk se aboca a cultivar páncreas, corazones e hígados humanos en cerdos. Si funciona, los animales desarrollarían esos órganos en vez de los propios, y serían sacrificados para poder usar los órganos para trasplantes.

“La mayoría de las células en esos órganos serían humanas. Al inyectar en embriones de cerdos células embrionarias humanas de la persona que recibiría el trasplante, quedaría reducido el riesgo del rechazo al órgano”, aseguraron desde el instituto.