Dar de baja la tarjeta de crédito –incluso una que nunca se solicitó– puede convertirse, junto a otros trámites bancarios, en una verdadera prueba de resistencia. El año pasado la Oficina Municipal de Defensa del Consumidor recibió unas 1.400 quejas por problemas con el sistema financiero.
“Cuando la gente llega a la Oficina, lo hace cansada, agotada”, observó la titular de Defensa del Consumidor, María Julia Bonifacio en contacto con los periodistas Ciro Seisas y Evelin Machain del programa A Diario (Radio 2).
Y es que, explicó, generalmente lo hacen después de haber intentando varias veces dar de baja el servicio. A la cabeza de las quejas están los intentos de dar de baja una tarjeta que incluso nunca se pidió en primer término, lo que es claramente violatorio de la ley 24.240 de defensa al consumidor.
Entonces, para evitar que dar de baja un servicio se convierta en un interminable ir y venir al banco, Bonifacio recomendó:
- Primero que todo, averiguar y comprender las condiciones que implican la contratación de un servicio; así, cuando se quiera dar de baja no se aparecerán sorpresas.
- Luego de dar de baja el servicio pedir y conservar la constancia. Muchas veces el denunciante cree que está resuelto el tema porque así se lo dijeron pero el vínculo no deseado continúa. En otras palabras, no abandonar el banco sin un papel o número que certifique que se dio de baja el servicio.
- Si, pese a haber dado de baja el servicio, le siguen cobrando por el mismo, contactarse directamente con Defensa del Consumidor con la constancia a mano. Podés acercarte personalmente a Córdoba 852, llamar al 0800-666-8845 o escribirles por Facebook a Defensa Consumidor Rosario.