Tras las dos muertes este domingo en Rosario por inhalación de monóxido de carbono y los otros dos decesos que se conocieron este lunes y que podrían tener la misma causa, se volvió a instalar el tema sobre la seguridad a la hora de calefaccionar nuestros hogares.
Desde el Ministerio de Salud de la Nación, advirtieron que todas las intoxicaciones por monóxido de carbono son evitables y en tal sentido realizaron una serie de recomendaciones para prevenirlas.
Se trata de una intoxicación muy común entre quienes usan artefactos por combustión incompleta del carbono, como leña, gas, kerosene, alcohol, gas oil o nafta. Se lo conoce como “el asesino silencioso” porque sus síntomas pueden pasar desapercibidos y cada año se cobra unas 200 vidas.
¿Cómo se produce la intoxicación por monóxido de carbono?
La inhalación e Intoxicación por Monóxido de Carbono produce que éste reemplace al oxígeno en el torrente sanguíneo. En consecuencia, la falta de oxígeno hace que sufran el corazón, el cerebro y el cuerpo.
¿Cuáles son sus síntomas?
Los síntomas pueden variar de una persona a otra. Quienes tienen mayor riesgo de intoxicación son los niños pequeños, los adultos mayores, las personas con enfermedades cardíacas y/o pulmonares, los fumadores y las personas que habitan en zonas de gran altitud.
El principal riesgo de este tipo de intoxicación es que en muchos casos la persona no es consciente de los síntomas. Éstos pueden ser: dolor de cabeza, náuseas o vómitos, mareos, acompañados de cansancio, letargo o confusión, desmayo o pérdida de conocimiento, alteraciones visuales, convulsiones, estado de coma.
Pueden producirse otros síntomas parecidos a una intoxicación alimentaria, un cuadro gripal, un problema neurológico o cardíaco. Es decir, ante la inhalación de este gas venenoso, puede parecer que la persona tiene otra patología, pero podría tratarse de una Intoxicación por Monóxido de Carbono.
¿Cómo se puede prevenir?
- Controlar la correcta instalación y el buen funcionamiento de los artefactos: calefones, termotanques, estufas a gas, salamandras, hogares a leña, calderas, cocinas, calentadores, faroles, motores de combustión interna en automóviles y motos, braseros.
- Chequear que las llamas de estufas y hornallas sea siempre de color azul. Si la misma es anaranjada, es una mala señal al igual que si encontramos manchas negras en el techo y en la pared (en el recorrido que hace el caño).
- Examinar especialmente las salidas al exterior de hornos, calefones, estufas y calderas para asegurarse que están permeables y en buen estado.
- Hacer una verificación de las instalaciones con personal matriculado que pueda identificar y corregir los desperfectos de la fuente generadora de monóxido de carbono.
- Ventilar toda la casa una vez al día, aunque haga frío.
- Dejar siempre una puerta o ventana entreabierta, tanto de día como de noche, y aún cuando haga frío.
- Si se encienden brasas o llamas de cualquier tipo, no dormir con éstas encendidas y apagarlas fuera de la casa.
- No usar el horno u hornallas de la cocina para calefaccionar el ambiente.
- No mantener recipientes con agua sobre la estufa, cocina u otra fuente de calor.
- El calefón no debe estar en el baño, ni en espacios cerrados o mal ventilados.
- No encender motores a combustión (grupos electrógenos, motosierra, etc.) en cuartos cerrados, en sótanos o garages.
- No mantener el motor del auto en funcionamiento cuando el garaje está cerrado. Si su garaje está conectado al resto de su hogar, cierre las puertas.
- No arrojar al fuego plásticos, goma o metales porque desprenden gases y vapor que contaminan el aire.